Jaime Durán Barba |
Este sistema de dictadura atroz se exportó a otros países sudamericanos en el marco del Plan Cóndor, permitiendo el endeudamiento exponencial de estos países y la instalación de un sistema socio económico favorable a las élites y generador de enorme desigualdad que al día de hoy es muy difícil de erradicar.
Por aquellos años las dictaduras de derecha tenían excusas para explicar las abominables atrocidades cometidas: torturas, asesinatos, desaparición forzada, violaciones, y hasta el robo de bebés, amparadas por los medios de comunicación dominantes, el empresariado y la Iglesia.
En Argentina se está llevando un nuevo experimento para reinstalar el sistema neoliberal, con matices distintivos al del Plan Cóndor. El gobierno del ingeniero Mauricio Macri se dio en elecciones democráticas permitiendo que por primera vez en su historia un partido nuevo, de derecha y sin alianzas con el peronismo logra tomar el poder en Argentina votado por el pueblo. La cuestión es como llegó a ese poder, cómo lo mantiene y quienes lo ayudan en esta tarea.
El odio al otro como fuente de poder
Durante los últimos años de gobierno de su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), llovieron denuncias por corrupción contra funcionarios de aquel gobierno, incluida la misma CFK y críticas contra medidas del gobierno propendientes a la asistencia social. Muchas de esas denuncias no prosperaron, pero sirvieron para sembrar el rechazo de amplios sectores de la clase media argentina al gobierno de CFK desde 2012 en adelante.
Este rechazo fue fomentado por medios de comunicación como el grupo Clarín o el periódico conservador La Nación, de amplia llegada a la clase media, haciéndose eco de estas denuncias y hasta generándolas e ignorando las desmentidas.
Todo esto hizo surgir una moralina de sectores relativamente acomodados de la sociedad que comenzaron a rechazar con mucha vehemencia la "corrupción K" (por Kirchner) y "los planes", la ayuda que el anterior gobierno le otorgaba a los sectores más postergados. Este rechazo se evidenció en protestas y en la creación de la grieta, la división entre detractores y defensores del anterior gobierno.
Presidentes Trump (EEUU) y Macri (Argentina) |
Esta grieta es el maná del gobierno de Macri, el permanente recuerdo de la maldad del gobierno anterior, le permiten a estos neoliberales implementar políticas que claramente benefician a los más ricos sin un rechazo masivo de la sociedad. Muchos argentinos están dispuestos a empobrecerse con tal de que "los K no vuelvan más", están dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para que el país salga adelante. Esto es raro, el esfuerzo parece que lo tienen que hacer los trabajadores, mientras que se desfinancia el estado eliminando subsidios a las exportaciones agropecuarias (uno de los principales ingresos del país), a la minería, rebajando impuestos a ciertos bienes de lujo y progresivos, habilitando la especulación financiera y abriendo indiscriminadamente las importaciones, todo esto sin el control de la inflación que tanto se había prometido y rebajando salarios y jubilaciones. Siempre se dice que Argentina es un país rico, capaz de abastecer con su extensión a 5 veces su población, entonces ¿porqué ahora la clase trabajadora tiene que aceptar su empobrecimiento?
La excusa que esgrimen los defensores del actual régimen macrista es que el anterior gobierno "se robó todo" ("se robaron un PBI" llegan a decir algunos, repitiendo esta peregrina afirmación emitida en un programa de televisión), sin embargo, de todas las denuncias por corrupción que llegaron a la justicia, son pocas las que lograron prosperar y varias salpican a funcionarios del actual gobierno. De todo lo que presuntamente se robaron no se recuperó prácticamente nada ni se sabe en que se lo habrían gastado,... si efectivamente se robaron lo que se dice.
La importancia de parecer honesto
Todo esto muestra como el experimento neoliberal que encarna el macrismo tiene una arista psicológica bastante pronunciada. Al lado de los desprestigiados opositores vinculados a la corrupción kirchnerista, a la resistencia violenta al "cambio", los funcionarios macristas parecen honestos.
Los asesores de imagen del gobierno se preocupan mucho por las formas, se han dado cuenta que a la población le indigna mucho más el modo en que comunica una medida que en las consecuencias de la medida. Permanentemente se utilizan focus groups para saber que inquieta a la población, que temores ésta tiene y que le parece bien. Gracias a esto el gobierno macrista estudia como encarar temas complicados como los casos de Santiago Maldonado o la desaparición del submarino ARA San Juan para pagar el menor costo posible. Si con esto no basta siempre hay algún odiado funcionario del gobierno anterior al cual detener por diversas corruptelas, la administración de la "justicia" se da en momentos específicos, a modo de cortina de humo para proteger al gobierno de problemas actuales que genera o no sabe controlar ni solucionar.
La imagen santurrona de la gobernadora María Eugenia Vidal (ver siguiente video) de la provincia más grande de Argentina es explotada por el gobierno. Es la política de mejor proyección para las presidenciales de 2019, no importa lo que diga, importa como lo dice, la contracara de los funcionarios del pasado acusados de soberbios, malvados y por si fuera poco, asesinos y ladrones.
El régimen liderado por el ingeniero Macri se caracteriza por incurrir en las mismas faltas que se le achacaban al gobierno anterior: censura a la prensa opositora, injerencia en la justicia, corrupción, fomentar la traición entre grupos opositores para mantenerlos divididos o presión sobre los gobiernos provinciales para obtener favores políticos se realizan en las sombras, todo indica que el gobierno está detrás de situaciones aparentemente azarosas en las que no hay pruebas de su intervención, pero que son favorables a sus fines.
La estética emoji
El gobierno argentino se dirige a aquella porción de la sociedad que se cree con cierta superioridad moral y que defiende la meritocracia.
Hay un sector de la clase media al que se dirige el mensaje oficial y que está profundamente estudiado. Se trata de gente que dice sentir desprecio por la corrupción, de mentalidad conservadora, a veces muy religiosos, que en muchos casos en redes sociales dicen proteger a los animales, arman cadenas de oración para niños enfermos, pero que no tienen empacho en defender la pena de muerte, en exigir la prisión de corruptos sin muchas pruebas, en pedir que bolivianos, peruanos y paraguayos "se vuelvan a su país" o en relativizar (o avalar) la represión a manifestantes a los que tildan de revoltosos defensores de corruptos que viven de los planes del anterior gobierno. El macrismo se nutre de esta hipocresía tan difundida en la sociedad que lo sostiene.
El discurso del gobierno argentino se restringe a frases bientintencionadas muy simples repetidas muchas veces: respetemos a los mayores, oigamos a los que piensan distinto, deje bajar antes de subir al tren, seamos buenos vecinos, todo esto sostenido con millonarias campañas publicitarias como la del agradeselfie promovida por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, bastión del poder macrista.
La tierna estética de las redes sociales de la que se abusa el régimen es utilizada hasta para difundir los controles policiales en los medios de transporte público.
Otro aspecto en el que se insiste es en el del "emprendedurismo", que en otras épocas era la salvación personal en tiempos de crisis, hoy es visto como una oportunidad. Lo que antes era una "changa" para no caer en la pobreza hoy es aprobado como iniciativa personal.
La iniciativa personal es hasta promovida por los medios de comunicación que promueven ejemplos de particulares que tienen una idea ingeniosa o realizan algún trabajo social destacado ocupando espacio en la información verdaderamente relevante.
Esto podría confundirse con un discurso vacío, pero no, tras esa aparente frivolidad se esconde una exaltación al individualismo y a la meritocracia: cada uno llega hasta donde puede y su talento le permita sin que haga falta la intervención del estado para ayudar a los menos favorecidos. Cuando la iniciativa de ayudar a los pobres la encarna el gobierno a través de los órganos del estado, se lo critica por que se busca votos promoviendo la vagancia, si lo hace un bientintencionado particular, es elogiado por su solidaridad. Paradójicamente quienes dicen sentirse afligidos por la pobreza, critican a aquellos pobres que crecen en la escala social con ayuda del estado. ¿La idea es acabar con la pobreza ayudando a los pobres o hacerla perdurar para que cierta gente se sienta mejor ayudando a los pobres con limosnas?
Algo que también hay que reconocerle al régimen macrista es que fomenta las ambiciones más oscuras de la sociedad. Este gobierno no ha otorgado ningún beneficio relevante a la sociedad argentina, fomenta las individualidades. Una medida que tomó el macrismo fue eliminar la posibilidad de ver partidos de fútbol gratis de la liga argentina so excusa de que con el dinero que el estado destinaba a tal efecto podría usarse para construir escuelas y hospitales. La gente que avaló la medida no tiene hijos que asistan a escuelas públicas en su mayoría, ni usan hospitales públicos, pero encontraron valedero este argumento. Lo que en realidad permite esta medida es marcar una diferencia con sectores sociales a quienes consideran inferiores y esto es un mérito del gobierno de Macri que cierta clase media valora. De las escuelas y hospitales nuevos, ni noticias, al estado siempre la falta dinero, pero no importa, lo pondrán los trabajadores y jubilados quienes, en el peor de los casos, se indignarán contra los políticos, no contra Macri en particular.
El bloque de medios oficialistas
Los medios de comunicación cumplen un papel fundamental, el presidente Macri le debe sus triunfos a medios hegemónicos (Grupo Clarín, La Nación, Grupo América) que hacen campaña incesante tanto a su favor como en contra de todo aquello vinculado al gobierno anterior y no se haya adaptado a la época. Estos medios todavía siguen hablando de los mismos casos de corrupción atribuidos al gobierno de Cristina Fernández desde hace años. Incluso aquellos medios que ostentan una postura neutral muestran una velada simpatía por las formas y los modos correctos del gobierno actual como una asolapada crítica por el gobierno anterior en la mayoría de los casos.
En esta etapa se ejerce la censura, muchos medios de comunicación que no siguen la lógica anterior de alianza o neutralidad amigable, son considerados hostiles: Grupo Octubre (periódico Página 12, Radio AM 750), Grupo Indalo (Radio 10, C5N, vendido recientemente a Ignacio Rosner, ex empleado del Grupo Macri y de Clarín), periódico Tiempo Argentino, Radio Rivadavia o Radio del Plata AM 1030 son medios críticos del gobierno de Macri y corren riesgo de desaparecer o de cambiar dramáticamente la línea editorial. No hizo falta secuestrar a nadie, ni poner bombas como ocurría en otras épocas, la metodología es difamar a los dueños de estos medios (que en base a la campaña de prensa, sus dueños son vinculados por gran parte de la sociedad al gobierno anterior, esto los hace esencialmente corruptos y perseguidos por la justicia acólita al gobierno), esto permite una justificada falta de ayuda estatal (lo que se conoce como pauta), atraso en el pago de sueldos de los trabajadores de estos medios y el inevitable colapso económico del medio. Esto hace que aparezcan empresarios "salvadores" (y afines al gobierno) que compren estos medios no sin antes exigir el despido de aquellos periodistas más críticos para permitir la compra. Estos empresarios, difamados, presionados por la justicia y por las cuentas en rojo, ante la desesperación por vender, se encargan de hacer el trabajo sucio, los nuevos dueños ni se manchan las manos en despedir gente y el gobierno se escuda en la libertad empresaria para no aparecer como censor.
La post verdad y la mentira
La post verdad es una mentira que se opta creer por ser funcional a cierto ideario y que su repetición masiva la impone como verdad en términos goebbelianos. Los simpatizantes del gobierno de Macri no ignoran los Panamá Papers, el enriquecimiento de la familia Macri gracias al estado o las mentiras permanentes para maquillar medidas hostiles a la clase trabajadora, pero necesitan creerlas para no entrar en contradicción y porque el perfil derechista de este gobierno colma expectativas reprimidas ampliamente difundidas entre los sectores más reaccionarios de la sociedad argentina que son bastante numerosos, que la inocencia les valga.
¿Hay democracia en Argentina? Quizá estemos ante un régimen que sea difícil clasificar, no basta con haber ganado elecciones para ser democrático (por caso Hitler llegó al poder gracias al voto del pueblo alemán). Se puede decir que dista bastante de ser un país donde exista un régimen democrático, este es un sistema bastante parecido al mexicano donde el gobierno afín a los poderes fácticos goza de una protección permanente de la prensa.
¿Cuánto durará Argentina en este callejón? Todo depende de cuánto le siga sirviendo al régimen actual poner la culpa de errores actuales en el gobierno anterior, en cuanto sus adherentes le sigan creyendo y en el tiempo que tarde la oposición en encontrar una estrategia inteligente para contrarrestar esta ola. La permanente sucesión de acciones negativas de este gobierno, pero solo rechazadas por sectores específicos, mantiene en un asombro que le cuesta abandonar a los opositores más convencidos y que impide construir una alternativa de poder.
Latinoamérica retomó el ciclo neoliberal, maldición...
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