En su libro "El Príncipe", Nicolás Maquiavelo dice que entre ser amado o temido, mientras no se pueda contar con ambas aptitudes, conviene ser temido. El temor es una sensación que anula el discernimiento de la sociedad y desvía su atención a aquello a lo que debe temer.
Maquiavelo fundaba su afirmación en el temor que inspira el gobernante sobre las masas, el miedo puede inhibir más rebeliones que el amor, la perversión, ambición e instinto de traición que moran en lo más recóndito del alma humana (aspecto que Maquiavelo intuía y que fue ampliamente estudiado por el Psicoanálisis) pueden hacer que se traicione a quien se ama, incluso aunque éste no nos haya dado motivos para ello, pero quien inspira temor, se sabe que cuenta con un arma para tomar represalias.
Este gran documental de Adam Curtis nos muestra el uso del temor para encarrilar una sociedad aparentemente sin rumbo por culpa de los vicios propuestos por la vida liberal.
El temor a occidente en el mundo árabe
Vamos a conocer la historia de Sayyed Qubt (foto), un egipcio que vivió en EEUU y observó con preocupación el estilo de vida americano: el egoísmo, la frivolidad, la falta de valores, lo que él definió como una sociedad corrupta desde su base. Qubt se mostró preocupado con los indicios de esa forma de vida en Egipto en los años '60 y manifestó su plan para fortalecer el rol del Islam para impedir la instalación de esa forma de vida.
Sin embargo lo peor del estilo de vida americano se instaló en Egipto, lo que había predicho Qubt finalmente se cumplió. Como respuesta a esto, Qubt formó la Hermandad Musulmana, una agrupación que buscará restaurar los valores perdidos por un modo de vida esencialmente corrupto. No solo en Egipto, sino en casi todo el mundo árabe se produjo una puja entre dictaduras prooccidentales (y apartadas de los valores islámicos, confundiendo modernización con occidentalización de la forma de vida) y sectores restauradores con mayor o menor grado de violencia. Muchos seguidores de Qubt formaron, luego de su muerte, la Jihad Islámica. Haciendo una interpretación radical de los análisis de Qubt, consideraron que aquellos que asimilaron los vicios de occidente estaban infectados de Jahilliyah una inconsciencia que sumía a la sociedad en un estado de barbarie asolapada que destruía los lazos sociales y morales del Islam, a tal efecto, podían considerar infieles a aquellos que siguieran este estilo de vida y matarlos. Estos actos terroristas despertarían el temor de la sociedad que así comprendería que seguían una senda equivocada. Por lo general, la percepción social de los actos terroristas era bastante diferente a lo que los jihadistas auguraban.
El temor rojo
En EEUU también había preocupación en algunos sectores conservadores por la pérdida de valores tradicionales que exhibía la sociedad norteamericana hacia la década del ´50 y ´60. El estado de bienestar de post guerra molestaba particularmente a un grupo de académicos liderado por Leo Strauss que luego se llamarían los neoconservadores. Como ya hemos hecho referencia en otras notas, este grupo "neocon" estaba inquieto con una sociedad estadounidense que cuestionaba la injerencia en otros países en el ámbito exterior y del papel de los ricos empresarios que aspiraban a controlar la economía (y la política) desde las sombras.
Con el arribo de muchos de estos neoconservadores a la Casa Blanca (bajo gobiernos republicanos fundamentalmente) se fomentó el temor a algún enemigo externo. Primero fue a la Unión Soviética, aunque la CIA no encontró evidencias de un desarrollo armamentístico que supusiera la destrucción de EEUU por parte de la URSS, los sectores neoconservadores elaboraron una serie de mitos y fantasías para justificar la rivalidad con los soviéticos atribuyéndoles una maldad inherente a su ideología. Los neocons exaltaron la imagen de los EEUU como garantes del bien, aquellos que llevan libertad y democracia a los pueblos oprimidos, la idea del destino manifiesto.
Lo peor que pudo ocurrir fue la caída de la URSS en 1991, para poner el foco en otro enemigo, los neocons apuntaron contra el terrorismo islámico aprovechando el atentado del 11-S (oh casualidad, ocurrido bajo un gobierno republicano plagado de neoconservadores) ese horror generado en la sociedad fue útil para controlarla mejor permitiendo que ésta resigne libertad a cambio de seguridad. Es que estos gobiernos que apelan al temor como forma de control se ponen en un papel de protectores de la misma sociedad a la que atemorizan: te invento un miedo a algo (a lo que no le temías, o cuya existencia quizá no conocías) y luego te digo que yo te protegeré contra eso.
¿Será casual que ahora el gobierno de Donald Trump (otro republicano rodeado de neocons) insista tanto con el tema de Corea del Norte?
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