Hace un tiempo se viene diciendo que hay cada vez menos agua potable y como todo bien que comienza a escasear, su valor de mercado en el modelo capitalista se incrementa
La corporación alimenticia suiza Nestlé hace años viene haciendo inversiones en el mercado del agua embotellada del que saca importantes dividendos.
Esta empresa a fuerza de lobby consiguió acceso exclusivo y privilegiado a fuentes de agua de muchos países. La sobreexplotación exclusiva de manantiales provocó sequedad en los suelos de áridas regiones de EEUU cuya flora se sostenía gracias a las napas de agua.
En otros países esta corporación tiene libre acceso al agua potable a pocos metros de barrios de emergencia sin acceso a ella.
Como buena corporación que es, también tiene prácticas mafiosas. No han sido pocos los activistas en contra de la empresa que fueron espiados por agentes pagados por Nestlé. Así también recurren a la extorsión jurídica contra gobiernos que no acceden a los privilegios que el monopolio pretende.
A estas prácticas vergonzosas se suma la peligrosa desmineralización arbitraria del agua y las campañas en contra del agua corriente con la única finalidad de ganar mercado a través de la desinformación. En muchos lugares el agua embotellada y el agua de red son prácticamente lo mismo.
Ya vinieron por el agua, ese material tan abundante en nuestro planeta, pero tan escasa su potabilidad se transformó en un bien de consumo.
El capitalismo lo inunda todo, cualquier cosa se puede vender, y quienes lo practican no son ni puros ni cristalinos cual agua de manantial.
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