Está harto demostrado que un sistema injusto perdura reformando la opinión de quienes están sometidos a él. Las técnicas de propaganda, el control de masas, la publicidad están hechas para perturbar la percepción de nuestra realidad y afectar nuestras decisiones, que no serían las mismas de no existir ese influjo.
La idea es formar aquello que se llama "discurso dominante", una serie de postulados que se instalan en la sociedad cuya veracidad es inobjetable y que son afines a los intereses de los grupos de poder. A fuerza de ser repetidos, los principios del discurso dominante se transforman en el "sentido común" de las sociedades, son aquellas opiniones mayoritarias que hacen aparecer a cualquiera que las cuestione como lo que en inglés se llamaría un outsider, alguien cuya opinión es minoritaria y por lo tanto despreciada, ya no forma parte de parecer popular.
El discurso propalado logra imponerse cuando aquellos que se le oponen tienen escasa repercusión, generando así, más tarde o más temprano, un notable escasez de consenso en sus opiniones, allí se crea el "clima de época" en el que vivirá dicha sociedad.
Hasta el jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels sabía que la mayor parte de la población ignora lo que ocurre en la realidad, analiza poco la escasa realidad que percibe y suele olvidarse pronto ante estímulos que la conmuevan. La sociedad cree a rajatabla afirmaciones emitidas desde medios aceptados como serios sin cuestionar los intereses del mismo o siempre que se presenten de manera creible. Hay políticos y periodistas que estudian formas de oratoria y gesticulación para mostrarse convencidos de su relato (y por ende, convincentes) ante la audiencia aunque digan sandeces.
El encanto de crear agenda
Los medios de comunicación tratan la actualidad de manera tendenciosa, se evidencia que muchos temas de actualidad se instalan gracias al tiempo que le dedican los medios masivos de comunicación y sus repetidoras. Como así también se ignoran otros asuntos porque no tienen espacio en los medios. Ciertas corporaciones mediáticas cuando desean generar inquietud en la población insisten en casos de inseguridad, pero cuando hay un cambio favorable a sus intereses la inseguridad desaparece aunque eso no implique una disminución en los niveles de criminalidad, simplemente hay que sacar el tema de la agenda, distraer al público con otra cosa o dejar de preocuparlo con ese tema, que cuando sea necesario, volverá a importar.
Los medios al presentar un tema de actualidad, no ofrecen variables, presentan la especie de la misma forma en cada repetición, en torno a las mismas ideas. Esto responde a las realidades creadas por foros virtuales o a un interés del medio por instalar esa perspectiva particular. De esta forma no hay lugar a la discrepancia ni a un análisis alternativo. Cada vez se espera menos de los lectores/televidentes/radioescuchas, las noticias se les presentan con una determinada tendencia dizque objetiva tomándolo por un simple receptor y no como un ser inteligente con capacidad de comprender y juzgar la realidad.
El Pastoreo de Opinión
Se sabe que la proliferación de las redes sociales y los foros de opinión en internet produjeron foros de debate político. Todo sistema que pretenda dominar una sociedad a contramano de los intereses de ésta tiene que dar batalla en esos ámbitos. en muchos países hay organismos privados o gubernamentales dedicados a formar opinión a través de redes sociales a través de operarios que crean perfiles falsos (denominados troll, nombre de seres de la mitología nórdica) los cuales amparados por el anonimato y con cierto grado de agresividad, participan en foros de internet vinculados a la política en general aunque no siempre. Esto resta calidad a los debates y acostumbran a la sociedad a una forma violenta de dirimir discusiones desprovistas de argumentos y sentido crítico. Esta forma de opinión burda crea un sentido común en ciertos sectores de la sociedad que empiezan a tomar la agresión personal como un arma válida contra aquellos que opinan diferente, que no es necesario argumentar ni respetar al otro, e incluso puede liberar de sus ataduras a sectores extremistas otrora avergonzados de sus posturas aberrantes, puesto que no pocas veces estos trolls incurren en posiciones fascistas, racistas, machistas-homófobas o xenófobas para ganar el repudio de los foristas que es lo que ellos buscan.
Figura de un troll, según mitología nórdica |
Se cree que en muchos países la Agencia de Inteligencia estadounidense (CIA) ha colaborado en la formación de estos generadores de opinión, que a veces se camuflan tras la fachada de call-centers, empresas de telemercadeo (telemarketing) e incluso algunos medios de comunicación corporativos, en la jerga se denomina estos sitios "Granjas de Duendes". También la Radio Free Europe denunció la existencia de un Troll-Center en San Petersburgo, Rusia, donde "trabajan" personas que emiten comentarios favorables al Kremlin. Los trolls participan en toda clase de foros y aprovechan para hacer comentarios políticos por desubicados que sean. La idea es generar un impacto el que lo lee aunque no haya llegado a ese mensaje por una inquietud política. En youtube se han criticado gobiernos entre los comentarios de un canal de canciones infantiles o en foros dedicados al fútbol o al rock.
El debate agresivo genera el desinterés o temor a discrepar, o bien a copiar las actitudes más indeseables de aquellos que proponen esta forma de intercambio intolerante y cobarde.
Trolleando se llega a la "verdad"
Los gobiernos de corte neoliberal se preocupan mucho por respetar estos humores sociales, es por eso que verifican mediante encuestadores qué pasos deben seguir para no alterar las simpatías de los ciudadanos, una medida arbitraria tomada por estos gobiernos de derecha puede mantenerse en el tiempo si es aceptada por una gran parte de la sociedad a la que se convenció de que esa medida es conveniente. En varios países de Sudamérica se está tolerando la censura, el abuso de poder, la persecución ideológica y hasta los ajustes económicos porque se le ha hecho creer a los ciudadanos que no hay otras alternativas, o se oculta esas medidas antipáticas usando eufemismos o "neolengua". Incluso cabe alguna chance de que se utilice cierta rabia social fomentada por años de debates agresivos, difamaciones, exageraciones y mentiras para justificar la persecución judicial de líderes progresistas regionales (como Lula en Brasil o Cristina Fernández de Kirchner en Argentina) y destruir sus carreras políticas sin importar la veracidad de las acusaciones. Algo similar pasa con Julian Assange, Edward Snowden, Bradley Manning en EEUU quienes primero fueron acusados con reiteración, y cuando se generó el consenso social de que eran "peligrosos", se legitimó de hecho la persecución hacia ellos. No es exclusivo de Latinoamérica, como vemos. Esto es una forma de abuso de poder, legitimada por una parte de la población que se creyó que los gobiernos progresistas latinoamericanos se dedicaron a la corrupción y ahora exigen justicia. Esta maniobra sirve para varias cosas, entre ellas evitar que importantes líderes del campo popular recuperen el poder una vez que la derecha vuelva a fracasar con las políticas neoliberales, otra es asociar la corrupción política a las ideologías de izquierda, ¿no les resulta misterioso que todos los gobiernos progresistas de Sudamérica hayan sido acusados de corruptos mientras que poco prosperan las acusaciones contra aquellos de perfil conservador-neoliberal?. Esto genera la idea de que sólo se pueden defender políticas sociales que rescaten a personas de la pobreza a través de prácticas de clientelismo político. Por último, la persecución de dirigentes acusados de corrupción brinda show mediático, distrae a las masas, a aquellos que los defienden para protestar contra este atropello y aquellos que los detestan para cumplir el sueño que les han implantado de verlos en la cárcel, no importa que en ese mismo momento se estén vendiendo las empresas públicas o el país incremente su deuda externa, "quiero que esos malos a quienes me convencieron de odiar vayan presos". De paso esto da trabajo a ciertos jueces-estrella que operan como los servicios de tareas en estas neo dictaduras de baja intensidad. El aristocrático poder judicial que ostentan varias naciones latinoamericanas es un reducto que garantiza el respeto por los privilegios empresarios y de la clase dominante.
La neolengua gana terreno
Una forme de darse cuenta que el discurso dominante tiene éxito, es mediante la implantación de neologismos que a fuerza de ser repetidos se ponen de moda. Las palabras son inocentes, lo que no es inocente es la interpretación que les damos. El uso de neolengua es útil para usar sinónimos que eliminen palabras incómodas que se desea sacar de uso (empleo en lugar de trabajo, indigencia en lugar de miseria, desplazados en lugar de exiliados, activistas en lugar de militantes, terroristas en lugar de guerrillas, opositores en lugar de mercenarios, reforma en lugar de revolución, gente en vez de pueblo, sectores sociales en vez de clases sociales, inseguridad en vez de delincuencia, paro en vez de desempleo o régimen en lugar de gobierno si se trata de uno reprobado por Occidente). Así también el uso incorrecto de palabras o la invención de palabras nuevas se implementa según las regiones, por ejemplo en Argentina, los funcionarios del gobierno neoliberal de Maurizio Macrì adoptaron el neologismo "sinceramiento" para no referirse a la inflación o al ajuste (estas palabras negativas las emplean para referirse al gobierno anterior).
Diera la impresión que una injusticia presentada con palabras bonitas es mucho más tolerable y hasta justificada por quienes la sufren.
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