La verdad, aunque esté en minoría, sigue siendo la verdad...

La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general

domingo, 15 de febrero de 2015

¿Capitalismo=Democracia? La mayor estafa de la historia

¿Acaso la asumida como la "mejor democracia del mundo" no será la dictadura más perfecta que existe?

El documental "Capitalismo: una historia de amor" realizado por el cineasta Michael Moore nos muestra la particular visión de la democracia que tienen los estadounidenses bajo la premisa de respetar al sistema capitalista como una parte inescindible del mundo libre.
Por años los estadounidenses se han ido acostumbrando a que es necesario un sistema de libre mercado para la vida democrática, cuando en la definición de Democracia jamás se hace referencia a un sistema económico que privilegie a los grandes grupos de poder, sino a uno que brinde igualdad de posibilidades a todos. La sociedad estadounidense está acostumbrada a hablar de "ganadores y perdedores", a los pobres les va mal por débiles, porque no supieron aprovechar las ventajas del incuestionable sistema.

Esta ideología EEUU la aplica a terceros países donde cualquier proteccionismo económico o injerencia estatal en las finanzas es visto como una ataque a las instituciones (corporaciones) típico de "democracias débiles".
Los medios de comunicación masivos de los EEUU son órganos de propaganda de este sistema del cual se benefician, son un engranaje vital para que este sistema atroz siga siendo aceptado por aquellos a quienes perjudica y que creen, inocentemente, que algún día van a codearse con los magnates que operan en Wall Street.

El sistema de propaganda es tan poderoso que a pesar del cuestionamiento de un gran sector de la población (Occupy Wall street) contra el 1% más rico que obtiene beneficios superiores al del 95% más pobre de la población, sigue vigente. Esto se debe quizá al ascenso de Obama, un demócrata que supo dar señales de cambio ligeras a modo de soltar la cuerda. Así es el sistema dominante, que tienen sus hombres (las "palomas") para relajar la opresión antes que los dominados se rebelen y los halcones (en general partidos de derecha, republicanos) para reafirmar las desigualdades a favor de los ricos.

Cuando las clases medias se creen lo suficientemente seguras de su bienestar y aspiran a lujos burgueses, tienden a olvidar a los gobiernos que les brindaron alguna posibilidad de mejora. Estos sectores medios, de trabajadores dependientes, se caracterizan por una exacerbada moralina incapaz de perdonar cualquier denuncia de corrupción contra gobernantes progresistas aunque sean falsas. Es ahi donde estos pequeñoburgueses abrazan el sistema de libre mercado creyendo que los ricos prefieren otra cosa porque saben lo que necesita el país... Grave error.

En EEUU la sociedad osciló muchas veces entre una austeridad forzada (gran depresión, los 80, años posteriores al 11-S) y revueltas populares contra el poder impuesto (marchas por los derechos de los negros,  Vietnam, crisis de 2008-2009). Éstas últimas se terminaron cuando el sistema mismo contra el que protestaban concedió algunas mejoras de forma que no alteren el orden que debe proteger. Los manifestantes volvieron tranquilos a sus casas, y los oligarcas a disfrutar de sus millones.
¿Se vendrá una etapa opresiva de los mercados luego de Obama?
Los sectores medios están ahora lo suficientemente tranquilos como para que los conservadores vuelvan a la carga.

Este documental refiere a la política de los EEUU, pero mucho de lo que ven aquí sirve para dar un toque de atención a la realidad latinoamericana que no es tan diferente.




sábado, 14 de febrero de 2015

El Señor de la Libertad


Hoy decidimos rendirle homenaje a un verdadero irreverente: Jean Paul Sartre.
En tiempos donde la libertad la definen los que explotan, donde hay libertad para burlarse de grupos oprimidos, religiones minoritarias o sectores étnicos bajo la excusa de que éstos son perjudiciales para la sociedad y por lo tanto, ésta es "libre" de burlarse de ellos, difamarlos, e inventar toda clase de fábulas terribles basada fundamentalmente en el prejuicio alimentado de la ignorancia que establece este sistema dominante a través de los medios de comunicación, verdaderos órganos de propaganda del Capitalismo.
Pocos como Sartre se animan a cuestionar el poder impuesto, nadie se burla del CEO de una multinacional o del dueño de una consultora financiera a quienes, seguramente, los sectores populares no conocen o apenas han sabido de ellos a través de elogiosas notas. El sistema siempre nos invita a admirar a nuestros explotadores, un síndrome de Estocolmo a gran escala.
Hombre de su época, Jean Paul Sartre convivió con la Segunda Guerra Mundial y los fascismos, el Macartismo, los 60, las luchas por independencia africanas y asiática, la Revolución Cubana, el Mayo Francés y la Guerra de Vietnam entre otros hitos.
En sus obras y en sus opiniones se nota la lógica de este existencialista ateo de izquierda que fue referente de varias generaciones. Siempre tomó partido en los temas conflictivos, por lo general, contrario a los poderes fácticos.
Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera
Una vez que la libertad ha explotado en el corazón del hombre, los dioses no pueden hacer nada contra él