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jueves, 21 de septiembre de 2017

El bulevar de los sueños rotos

Vivimos inmersos en una gran maraña de mentiras, algunos a esta falsa realidad la llaman la "matrix", en la cual los órganos de poder permanentemente nos imponen conductas, nos distraen, nos dicen que es bueno y que no, nos cercenan permanentemente el espíritu crítico y lo único que nos queda es no creer en nada y terminar observando la actualidad con pesimismo y, en palabras del documentalista Adam Curtis, frialdad irónica.
El siguiente documental llamado Hiper-Normalización hecho para la BBC nos muestra la propaganda realizada desde los años '70 por los sectores del poder dominante para mantener el control social, incluso en momentos donde parecían perderlo. Esta propaganda no le hizo asco al uso de la mentira, intensificandola en los últimos años.

La bomba atómica de los pobres
La película de Adam Curtis tiene varios puntos centrales, uno de ellos es el juego de EEUU con parte del mundo árabe, como la injerencia de EEUU para favorecer a Israel y fragmentar al mundo islámico hizo que algunos estados fomentaran los atentados suicidas como mecanismo de defensa.
Aquí se relata la historia de Hafez al Assad, presidente de Siria desde 1971 hasta su muerte en 2000 y padre del actual gobernante Bashar al Assad, que se sintió traicionado por Henry Kissinger quien ejercía un doble discurso para favorecer a Israel. La intervención de EEUU en el Líbano, so excusa de frenar la matanza de palestinos por parte de minorías cristianas (ante la mirada cómplice del ejército israelí) fue intolerable para el líder sirio, en consecuencia al Assad forjó alianza con Irán, que se mantiene hasta hoy, para combatir con atacantes suicidas e infringir daño a países con mayor poderío militar y ajenos a sufrir masacres en sus territorios.
EEUU es una superpotencia, nadie lo duda, pero se cuida de enfrentar a enemigos que le puedan ocasionar grandes e imprevisibles daños aunque los supere militarmente (esto explica los constantes actos disuasorios de Corea del Norte en estos días). Las heridas de Vietnam seguían doliendo, y en el Líbano la partida de las tropas enviadas por Ronald Reagan fue vergonzosa.
H. al Assad se dio cuenta de  esto y logró mantener a raya por años a las potencias incluso haciendo inteligencia al organizar atentados que luego no se los iban a adjudicar al gobierno sirio, occidente eligió su chivo expiatorio.

El coronel nunca tuvo quien le escriba
Al ver el enfado interno que provocó la huida de los marines del Líbano y las víctimas norteamericanas por atentados terroristas en Europa, Ronald Reagan buscó a un rival fácil para echarle la culpa y dar la impresión a sus ciudadanos que estaba tomando las riendas del asunto: el coronel Muammar Gadafi.
El presidente libio estaba aislado, no lo comprendían ni los mismos presidente de otros estados árabes quienes no confiaban en él. Gadafi encajaba en la categoría del caudillo megalómano al que las acusaciones falsas de EEUU lejos de indignarlo, le alimentaban el ego y se hizo cargo de atentados que el estado libio no estaba a la altura de poder coordinar.
La imagen de villano exótico de Gadafi incluso fue explotada por el cine propagandista de Hollywood que a la hora de mostrar tiranos repugnantes se inspiraban en la figura del líder libio que gracias a la fama que le hicieron en EEUU, alcanzó fama mundial de "malo". El perfil más bajo y de apariencia más occidental de Hafez al Assad no encajaba en este estereotipo que buscaba difundir Washington.
Los atentados suicidas en Oriente medio no cesaban, al mundo se le ocultaban las atrocidades cometidas por Saddam Hussein contra los kurdos y contra los iraníes usando armas químicas provistas por occidente, pero todo el mundo estaba con los ojos puestos en Libia.
Con los años Gadafi pasó al bando de los buenos y tuvo un triste final. Durante los primeras años del siglo XXI se lo mostró como un líder aprobado por occidente, esto fue porque reconoció como propios los atentados que le adjudicaron y que no cometió, para que le levantaran embargos económicos que oprimían al país y que también accedió a destruir armas de destrucción masiva... que nunca tuvo...
La historia de su caída y la traición de la que fue víctima en sus últimos años fue un claro ejemplo de como se puede presentar un movimiento de liberación en el marco de una conspiración llevada a cabo por mercenarios pagados por potencias extranjeras cuyos mandatarios pocos años antes se reunían con Gadafi y se sacaban fotos con el tirano redimido vuelto a caer en desgracia.

La falsa ciberlibertad
Por los años '80 se da el crecimiento incesante de lo que conocemos como ciberespacio, lo que parecía ciencia ficción se convertía en realidad, y el desconocimiento de estas nuevas tecnologías hacía que muchos pecaran por inocentes creyendo que el espacio virtual creado por la informática estaba exento de la regulación de los poderosos.
Las grandes empresas utilizan hasta el día de hoy la informática para hacer negocios, conocer a sus clientes más de lo que estos imaginan y los gobiernos para espiarnos. Además existe una oligarquía tecnológica que determina que contenidos deben estar más accesibles para los usuarios y cuales no nos enteraremos jamás de su existencia.
Las redes sociales son un fenómeno que aparentemente es un ejemplo de libertad, pero está harto demostrado el uso de la manipulación política vacía de contenidos, como en las marchas de Occupy Wall Street en EEUU, muy bueno el discurso antisistema, somos el 99%, todo muy bonito... pero no concretaron nada, sabían que no les gustaba del sistema, pero no sabían como ponerse de acuerdo en cambiarlo. Conclusión: hoy los gobierna Donald Trump, un ejemplo de alguien que piensa en mantener con sus privilegios a la clase dominante y que hizo negocios a expensas del estado.

La mentira está allá afuera
Este documental hace mención a la moda ovni que tan bien supieron desarrollar en EEUU desde el caso Rosswell, los misterios del área 51, el cine, la televisión (Alf, The X-Files) e innumerables relatos más o menos conspiranoicos de avistajes ovnis analizados algunos de ellos por... ufólogos...
Las teorías alienígenas son distractivas, inquietantes y nos tranquilizan como especie, no somos malos por naturaleza, nos vuelve malvados el poder que una raza extraterrestre ejerce sobre los órganos de poder que controlan el planeta, el supuesto pacto entre la clase dominante y los alienígenas.
Lamentablemente para los fanáticos de los seres del espacio exterior, se sabe que muchos avistamientos de ovnis eran de aparatos hechos en la tierra en el marco, muchos de ellos, de experimentos de las fuerzas armadas de EEUU, otros eran para distraer a la gente simplemente.

La película echa luz sobre la manipulación de la cual somos víctimas en la actualidad, la cual no es nueva, solo diferente porque se emplean nuevas herramientas tecnológicas, los villanos hoy no son Gadafi, Ceausescu o Hussein, sino el gobierno norcoreano o Nicolás Maduro ¿es que acaso las únicas calamidades que ocurren en el mundo pasan en esos 2 países?
Como en los años 30, otra vez se vuelve a acusar a los inmigrantes cuando los verdaderos culpables de nuestras desgracias son gente de muchísimo poder a quienes se nos ha enseñado a admirar y envidiar o que ni siquiera les interesa que los conozcamos.
La historia de la infamia está plagada de términos hermosos: libertad, democracia, república y se puede leer en Facebook.




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