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martes, 22 de julio de 2014

El Holodomor, la historia de un genocidio "conveniente"

Como ya hemos comentado en el pasado al tratar los casos del régimen de Nicolae Ceaușescu en Rumania, el de Pol Pot en Camboya o la Masacre de Katyń Médnoye, el Holodomor o Genocidio/Hambruna de Ucrania es un chivo expiatorio del que se toman muchos para ejemplificar el horror del socialismo. Así como una golondrina no hace primavera, una tragedia por aberrante que sea, no necesariamente está ligada a los ideales que el régimen que la perpetra dice respetar. La gente que se toma de esto por lo general son admiradores del franquismo, son filonazis o resultan ultra-católicos o muestran simpatías con el dominio estadounidense a escala global, es decir, la vieja y repetida historia del que critica los crímenes que comente su enemigo mientras omite o justifica los propios.

El vídeo que les presentamos remite a un drama que se vivió en la ex URSS entre 1932 y 1933, el período entre guerras donde gran parte del mundo estaba bajo las más terribles penurias económicas y trata sobre el hambre que padecieron un gran número de campesinos de la región occidental de la Unión Soviética que por entonces estaba liderada por el georgiano Iosef Stalin.
La historia cuenta que el régimen stalinista en la década del '30 confiscó tierras de campesinos ucranianos que ahora iban a producir para el estado. Fue justamente por aquellos años en que la región sur-occidental de la URSS sufrió una importante época de sequía, esto sumado a la crisis económica post depresión económica de 1929 y a ciertas desinteligencias del gobierno de Moscú fueron fatales para muchos pueblos campesinos.
Iosef Stalin
La crisis afectó vastas zonas de la URSS, el hambre mató no sólo a ucranianos, que si bien habrían sido mayoritarios en los 8 millones de víctimas documentadas por las estadísticas más serias, entre los muertos debemos sumar a rusos , tártaros y kazajos. Éstos últimos han sido tantos que su población disminuyó en un tercio, sin embargo nadie habla del "genocidio de Kazakhstan". La URSS ya había atravesado una etapa de hambre en el año 1921, este fenómeno no era nuevo.

Con el tiempo, el Presidente de EEUU Ronald Reagan utilizó el drama en cuestión para denunciar que Moscú deliberadamente decidió condenar a la muerte por hambre del pueblo ucraniano en lo que se enmarcaría como un genocidio. No sabemos cuánto sabía Reagan de la crisis interna soviética que la llevaría a su caída en 1991, lo cierto es que el republicano mandó hacer un informe basado en testimonios de exiliados ucranianos en EEUU y Canadá sobre lo vivido en aquellos años y la conclusión fue que se organizó un genocidio (el gobierno de Reagan fue el primero en utilizar este término en 1984) contra el pueblo ucraniano. Todos sabemos que un buen imperio se basa en la teoría del "divide y reinarás" y qué mejor que alentar los viejos odios nacionalistas (o crearlos) dentro del principal rival de EEUU: la decadente Unión Soviética.

En la actualidad el genocidio ucraniano es enseñado en las escuelas de Ucrania como parte de la historia nacional y hasta se hacen actos oficiales en homenaje a las víctimas, sin embargo muchos historiadores y politólogos ponen en duda el objetivo soviético de diezmar a la población ucraniana bajo el argumento que hubo intentos de ayuda documentados por parte del gobierno pero que fueron llevados a cabo pésimamente. Uno de los que cuestionan el discurso oficial es el Profesor de Historia de la Universidad de West Virginia (EEUU) Mark Tauger quien sostiene que la comisión que ordenó Reagan para investigar el genocidio ucraniano tenía como objetivo demonizar una vez más al régimen soviético, una estrategia que los neoconservadores en EEUU llevaban a cabo desde los años 70, bajo la doctrina de Leo Strauss, en la cual se exageraba el poder de destrucción y de conspiración de los soviéticos para justificar la Doctrina de Seguridad Nacional, la injerencia norteamericana en terceros países (Plan Cóndor), guerras como las de Corea o Vietnam y también la carrera armamentista que implicaba el desarrollo de armamento nuclear.

Hoy se ve que el Holodomor forma parte del discurso histórico ucraniano, sirve para reafirmar cierto honor nacional porque se acusa a Moscú de llevarlo a cabo ante el riesgo que implicaba el presunto crecimiento de Ucrania en aquel entonces, que ponía en riesgo el liderazgo ruso. Este relato fue desarrollado luego de la caída del Muro de Berlín en concordancia con los sentimientos anti-rusos de parte de los ucranianos. Esto implica considerar a los viejos Mujiks (ricos campesinos cuyas tierras fueron expropiadas por el régimen soviético) como héroes. Los gobiernos pro-europeos de Ucrania como el de Víktor Yuschenko usan el relato del genocidio para reforzar su alejamiento de Rusia basado en este terrible hecho histórico como si sólo fuera una brutalidad contra los ucranianos exclusivamente.
La hambruna de Ucrania nos explica la compleja situación en la que vive este país de Europa Oriental, de cómo se siembra el odio basándose en acontecimientos históricos poco claros, pero revelados de manera tendenciosa. Esta es la semilla del nacionalismo, el cual se hizo presente en Kiev y en otras regiones ucranianas de la peor forma.
Si la historia la escriben los que ganan...

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