El país del norte ostenta un triste récord en materia de encarcelamientos, es el país no sólo con mayor número de presos del mundo sino también el que más alta proporción de ciudadanos encarcelados tiene sobre la población total muy por encima tanto de otros países industrializados como de estados signados de "tiranías" donde, se dice, peligran las libertades individuales (caso de Irán, Venezuela, Rusia o Siria).
Muchas de las penitenciarías en EEUU son explotadas por el capital privado exclusivamente, dicho régimen ha sido exportado a otros países, en algunos con ciertas limitaciones, por ejemplo se exhiben modelos mixtos de administración como el caso puntual de Francia.
La obsesión que tienen los estadounidenses por la vida carcelaria sumada a cierta admiración por los uniformados duros contra la delincuencia y a una mirada naif acerca de la justicia adonde el bien debe penalizar al mal, ha generado un negocio insospechado alrededor de las cárceles que promueve su instalación con tantas facilidades como las que se necesitarían para abrir una panadería. En EEUU cualquier ciudadano que cuente con el capital necesario y bajo requisitos no del todo imposibles puede abrir su propia cárcel. Esto derivó en un negocio inusual para cualquiera de nosotros, ferias carcelarias adonde podemos comprar objetos para nuestra prisión: sillas para atar reclusos, diferentes tipos de balas, rifles, pistolas, cachiporras y uniformes para amortiguar golpes. El mercado carcelario tiene hasta su propia revista, lo que se dice, una industria sin humo, o al menos así la promueven.
Proporción de presos en EEUU (Fuente TELAM) |
Resulta extraño que un país que se muestra como ejemplo de libertad sea el que mayor número de presidiarios tiene, que en su inmensa mayoría son negros o hispanoamericanos y rara vez cuenta con algún dueño de algún banco o con algún especulador de Wall Street. Este es el concepto que nos impusieron, donde el único delito posible es aquel que llevan a cabo, por lo general con violencia, los sectores marginales, empobrecidos de la población y no así los delitos derivados del capitalismo, de la usura, de la avaricia.
Este documental nos debería hacer pensar en qué concepto de justicia existe en EEUU, ¿se condena a una persona por el delito que se supone cometió o para que un empresario de las cárceles sume una nueva víctima para la esclavización y para ganar dinero? Aquí no se habla de las ya cuestionadas y repudiadas cárceles ilegales que EEUU instaló en Irak, Guantánamo y en otros estados de manera ilegal (España, Rumania), estas son cárceles legales, en territorio estadounidense.
Este modelo, nos lo quieren imponer a nosotros, muchos creen que un gran número de cárceles es garantía de justicia, quizá sólo sea una medida de control social para los marginados con la cual algunos, de paso, hacen dinero. Desde ya, que un mismo estado tenga semejante proporción de reclusos sobre el total de la población indica que algo mal deben estar haciendo, no?