En 2012 ya se evidenciaba un fuerte grado de concentración en el panorama de medios de comunicación en muchos lugares del mundo.
El caso en el que se centra este documental de aquel año es en España, aunque lo podemos extrapolar a otros países, en particular a los de América Latina.
En este mundo que buscamos replantear, aprovechando la etapa especial que está atravesando, la información no es vista como un derecho humano esencial, sino como un negocio. Muchas empresas ajenas al rubro de la comunicación han comprado diversos medios a través del mundo, algunas incluso vinculadas al negocio armamentístico, se entiende en este sistema capitalista la libertad como un derecho del ciudadano y un privilegio sagrado de los dueños del capital que dirigen la opinión pública según sus intereses bajo la fachada de libre expresión y para eso no hay nada mejor que poseer un medio de comunicación que trate los temas de interés de la corporación moldeando el humor social de la manera más conveniente.
¿Qué es de interés público?
La libertad de expresión de la que tanto se jactan algunos de defender, de criticar su presunta falta en aquellos países apuntados de autoritarios es, para el ciudadano de a pie, tan útil como una caña de pescar en el desierto del Sáhara. Los medios de comunicación concentrados no reflejan la inquietud de los ciudadanos comunes y corrientes sino que la dirigen, los medios hegemónicos, que en el fondo son corporaciones multinacionales privadas, desde una aparente independencia, nos indican lo que está bien, con quien indignarnos y con qué preocuparnos. Muchas de esas cuestiones no nos preocuparían de no ser que los medios que nos brindan su información de manera tendenciosa para que formemos una opinión instalada desde fuera sobre ciertos temas.
Si a usted le preocupa por ejemplo la pobreza, rara vez un medio de comunicación va a destinar demasiado tiempo en hablar de la pobreza a menos que sea para beneficio propio. Si un medio importante mostrara todos los días la situación de la gente que vive en la calle, los barrios sin agua potable, se compadeciera del hacinamiento y mostrara preocupación por la desnutrición infantil, quizá la sociedad comprendería que la pobreza es un problema a resolver, pero claro, la solución al problema de la pobreza viene de la mano de la concentración de la riqueza, y entre los que más riqueza concentran están los dueños de los medios de comunicación. Es por ello que es más probable mostrar a los pobres como parias, delincuentes, holgazanes que están en esa situación porque quieren y no porque un régimen injusto los condena a perpetuarse en ese ignominioso lugar.
Cuando un medio de comunicación hace mala praxis (término que debería existir para los que administran la información) y se lo cuestiona por ello, se escuda en la "libertad de expresión", en que se busca "acallar las voces disidentes". Ni la libertad de expresión es tan importante para el ciudadano común, ni va a ver más limitada de lo que ya es su libre opinión, como bien dice el documental, mi libertad de expresión como ciudadano común no va más allá de lo que puedo decirle a un pariente, vecino o amigo ya que no puedo emitir un mensaje a millones. El problema es que el medio que se cierra no puede manipular a la población, trasladarle sus intereses e inquietudes.
El virus Chávez
El caso simbólico que este documental analiza, es el del presidente venezolano Hugo Chávez Frías, por aquel entonces aún vivo y en el poder. Hasta la gente que dice no confiar en lo que dicen los medios de comunicación tenía una opinión negativa del presidente venezolano. esto indica, que aún la gente que no se informa por los grandes medios hegemónicos percibe la perspectiva de éstos, a través de medios satélites (más pequeños, pero con el mismo punto de vista que los grandes) o desde terceras personas, esto es el éxito de los poderosos en el control del sentido común. Las criticas, ridiculizaciones, burlas y difamaciones vertidas al presidente Chávez por años se han inoculado como un virus en sociedades como la española y en otras más cercanas también.
Esto al punto de que hoy se nos presenta Venezuela como si fuera el infierno en la tierra y todo lo que se asocie a ese país sea asociado al mal aunque muy poca gente haya estado en Venezuela y halla evidenciado lo que se vive allí ya sea malo o bueno.
Han transcurrido 8 años de este documental y podemos decir que el escenario ha cambiado para peor, la concentración de medios se ha acentuado, la manipulación del discurso está intacta y los operativos de difamación contra aquellos dirigentes que osan debatir el verdadero esquema de poder están a la orden del día apenas un mandatario intente captar un mínimo porcentaje de la riqueza obscena de los oligarcas para redistribuir algo entre los menos favorecidos. Allí la amenaza de comunismo, "venezolanización", populismo, corrupción y tiranía fascista emerge de primeras planas y pantallas "libres" de expresarse abiertamente.
De esto no se habla
La verdad, aunque esté en minoría, sigue siendo la verdad...
La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general
miércoles, 10 de junio de 2020
lunes, 25 de mayo de 2020
El otro virus que asola el mundo
El cielo es verde
Imagine usted que en una red social se me ocurre publicar un comentario donde afirmo que el cielo es verde y que existe una gran conspiración que nos oculta esta verdad. Usted podrá reirse, burlarse, o incluso diplomáticamente tratará de hacerme ver que estoy en un error. Pero claro, mi plan no es darle la razón, entonces sutilmente puedo sugerir que usted tiene la mente colonizada, que lo han convencido de una mentira y tarde o temprano se sentirá agredida/o y no tardará en insultarme. Si hubiera comenzado por allí, me hubiera hecho el trabajo mucho más fácil.
En ese momento, como buen fanático, pondré en evidencia su intolerancia a mi "libre pensamiento" y por proyección, la toda la gente que cree (con razón) que el cielo es azul.
Aunque le cueste creerlo, mucha gente que no confía en su propia vista podría solidarizarse conmigo, repudiar su actitud soberbia y hasta quizá empiecen muchos a notar un tono verdoso en el cielo.
Cualquier ignorante pude debatir cualquier tema, hasta los de base científica
Este ejemplo simplón que acabo de presentar es un accionar típico en las redes sociales, el sector generador de simpatías, tendencias y climas de época por excelencia. Las redes como Facebook o twitter son una vidriera para generar emociones, para que usted vea un comentario que le disguste y sienta que debe responder, con la obligación de poner en evidencia al autor del comentario desubicado sin tener en cuenta que esa persona seguramente hizo ese comentario para generar esa reacción suya.
La interacción en redes sociales ha generado diversos grados de fanatismo: terraplanistas, anti-vacunas, conspiranoicos, anti-aborto, favorables al aborto, veganos y la gran variedad que exhibe la política. El fanatismo político suele ser más integral, hay personas que definen cómo pensar según lo que dicta la ideología a la que están atados, en cada aspecto de la vida se posicionan para establecer un dogma. Por ejemplo, hay sectores "de derecha" que defienden el libre comercio, se definen contrarios al aborto, contrarios a los reclamos del feminismo y favorables al endurecimiento de las leyes contra la inmigración y contra delitos urbanos. Pareciera que los ítems enumerados no tienen porqué tener un vínculo en común, son varios, pero sirven para establecer el grado de compromiso de los que quieren pertenecer al sector que proclama todas esas consignas:
"Si el señor X que tanto me agrada se define de derecha, yo debo definirme de derecha también, y si critica a las mujeres, yo debo hacerlo también porque quiero integrar su conjunto de adherentes"
Llegados a este punto, la lista de consignas a seguir y a repetir se transforman en un DOGMA del cual no podemos separarnos. Los seres humanos por naturaleza necesitamos sentirnos integrados a algún grupo social, queremos ser aceptados por otros, incluso somos capaces de efectuar ciertos ritos que nos desagradan para mostrarle a aquellos a quienes aspiramos a acompañar nuestro nivel de compromiso. En política esto se evidencia en el caso de cierto grupo de fanáticos al que denominamos como sobreideologizados porque repiten hasta las comas los discursos de ciertos referentes. Muchos de ellos se dicen defensores de las libertades individuales y cuestionan a sus oponentes en todo debate con motes que perfectamente les cabrían a ellos mismos. Destacan por su afán de proyectar.
Los sobreideologizados son tan "librepensadores" que están identificados 100% con la "derecha" y se autodefinen como "libertarios" o bien se asumen "de izquierda" y algunos se enorgullecen de llamarse trotskistas, o más cariñosamente, zurdos. Unos como otros son dogmáticos, no pueden desviarse un ápice del dogma a riesgo de exclusión, de perder su status, lo que les da entidad, pertenecer a cierta agrupación, ideología o (no se ría) corriente de pensamiento, una de esas donde usted no puede pensar cualquier cosa, debe pensar, opinar y comportarse como los referentes, como "los que saben". En realidad esos fanáticos no son iluminados, están adoctrinados, no tienen capacidad para rebelarse, ni para opinar en contraposición a lo que les marca, digamos, EL PARTIDO. Tienen una fuente de información única, una sola fuente que les impone como ver el mundo y no tienen la sabiduría, ni el nivel para debatir con argumentos propios, sino de los que les inocularon otros. Tampoco pueden, por ignorancia o cobardía, separarse de ese discurso, el miedo a ser acusado de traidor, es tremendo.
Incluso gracias a estos individuos proliferan un gran número de noticias falsas, pero solo aquellas que son afines a su parecer, independientemente de que se las desmienta en algún momento porque cuando llega la desmentida es demasiado tarde, el impacto deseado se obtuvo y ya la gente está entretenida con otra cosa.
Algunos llegan a ciertos foros a divertirse, a confrontar la forma de ver el mundo que les enseñaron a no cuestionar por temor a convertirse en nadie, a que los rechacen sus camaradas y a que le desconfíen aquellos a quienes atacó. Claro, vienen programados para debatir con ideas pergeñadas por otros, para chicanear, para no dar el brazo a torcer a quienes piensan diferente, porque en su mundillo son pocos y no influyen, necesitan interactuar en otros sitios para sentir que a alguien le generan indignación, es su forma de sentirse vivos, y ante cada insulto, sienten que "ganaron el debate con argumentos sólidos". Y no es así, no quiere decir que ganaron, fueron lo suficientemente obstinados para no conceder nada y se hacen insultar no porque sus oponentes se quedaron sin argumentos, sino porque es natural indignarse ante gente terca, y que muchas veces recurre a excusas que ya se habían debatido para que el intercambio no acabe nunca.
Tienen la soberbia de creer que el objetivo del debate es hacerles cambiar de opinión a ellos (cosa que no está en sus planes) y no con el fin de debatir sinceramente una problemática específica con seriedad. En estos tiempos de virtualización forzada proliferan estos especímenes especializados en generar emociones rápidas en vez de respuestas elaboradas que no quieren entender y en muchos casos no son capaces de entenderlas. En general las tendencias políticas más retardatarias apelan a los dogmas, a los falsos líderes para sembrar de fanáticos sobreideologizados los sectores de la sociedad a los que se prevé perjudicar. Esto mantiene dividida a la clase trabajadora bajo falsas consignas cuando el verdadero problema es la clase dominante que la oprime. El mejor remedio contra el exceso de los infectados por la sobreideologización es ignorarlos, a menos que para esto también se cree una vacuna...
Imagine usted que en una red social se me ocurre publicar un comentario donde afirmo que el cielo es verde y que existe una gran conspiración que nos oculta esta verdad. Usted podrá reirse, burlarse, o incluso diplomáticamente tratará de hacerme ver que estoy en un error. Pero claro, mi plan no es darle la razón, entonces sutilmente puedo sugerir que usted tiene la mente colonizada, que lo han convencido de una mentira y tarde o temprano se sentirá agredida/o y no tardará en insultarme. Si hubiera comenzado por allí, me hubiera hecho el trabajo mucho más fácil.
En ese momento, como buen fanático, pondré en evidencia su intolerancia a mi "libre pensamiento" y por proyección, la toda la gente que cree (con razón) que el cielo es azul.
Aunque le cueste creerlo, mucha gente que no confía en su propia vista podría solidarizarse conmigo, repudiar su actitud soberbia y hasta quizá empiecen muchos a notar un tono verdoso en el cielo.
Cualquier ignorante pude debatir cualquier tema, hasta los de base científica
Este ejemplo simplón que acabo de presentar es un accionar típico en las redes sociales, el sector generador de simpatías, tendencias y climas de época por excelencia. Las redes como Facebook o twitter son una vidriera para generar emociones, para que usted vea un comentario que le disguste y sienta que debe responder, con la obligación de poner en evidencia al autor del comentario desubicado sin tener en cuenta que esa persona seguramente hizo ese comentario para generar esa reacción suya.
La interacción en redes sociales ha generado diversos grados de fanatismo: terraplanistas, anti-vacunas, conspiranoicos, anti-aborto, favorables al aborto, veganos y la gran variedad que exhibe la política. El fanatismo político suele ser más integral, hay personas que definen cómo pensar según lo que dicta la ideología a la que están atados, en cada aspecto de la vida se posicionan para establecer un dogma. Por ejemplo, hay sectores "de derecha" que defienden el libre comercio, se definen contrarios al aborto, contrarios a los reclamos del feminismo y favorables al endurecimiento de las leyes contra la inmigración y contra delitos urbanos. Pareciera que los ítems enumerados no tienen porqué tener un vínculo en común, son varios, pero sirven para establecer el grado de compromiso de los que quieren pertenecer al sector que proclama todas esas consignas:
"Si el señor X que tanto me agrada se define de derecha, yo debo definirme de derecha también, y si critica a las mujeres, yo debo hacerlo también porque quiero integrar su conjunto de adherentes"
Llegados a este punto, la lista de consignas a seguir y a repetir se transforman en un DOGMA del cual no podemos separarnos. Los seres humanos por naturaleza necesitamos sentirnos integrados a algún grupo social, queremos ser aceptados por otros, incluso somos capaces de efectuar ciertos ritos que nos desagradan para mostrarle a aquellos a quienes aspiramos a acompañar nuestro nivel de compromiso. En política esto se evidencia en el caso de cierto grupo de fanáticos al que denominamos como sobreideologizados porque repiten hasta las comas los discursos de ciertos referentes. Muchos de ellos se dicen defensores de las libertades individuales y cuestionan a sus oponentes en todo debate con motes que perfectamente les cabrían a ellos mismos. Destacan por su afán de proyectar.
Los sobreideologizados son tan "librepensadores" que están identificados 100% con la "derecha" y se autodefinen como "libertarios" o bien se asumen "de izquierda" y algunos se enorgullecen de llamarse trotskistas, o más cariñosamente, zurdos. Unos como otros son dogmáticos, no pueden desviarse un ápice del dogma a riesgo de exclusión, de perder su status, lo que les da entidad, pertenecer a cierta agrupación, ideología o (no se ría) corriente de pensamiento, una de esas donde usted no puede pensar cualquier cosa, debe pensar, opinar y comportarse como los referentes, como "los que saben". En realidad esos fanáticos no son iluminados, están adoctrinados, no tienen capacidad para rebelarse, ni para opinar en contraposición a lo que les marca, digamos, EL PARTIDO. Tienen una fuente de información única, una sola fuente que les impone como ver el mundo y no tienen la sabiduría, ni el nivel para debatir con argumentos propios, sino de los que les inocularon otros. Tampoco pueden, por ignorancia o cobardía, separarse de ese discurso, el miedo a ser acusado de traidor, es tremendo.
Incluso gracias a estos individuos proliferan un gran número de noticias falsas, pero solo aquellas que son afines a su parecer, independientemente de que se las desmienta en algún momento porque cuando llega la desmentida es demasiado tarde, el impacto deseado se obtuvo y ya la gente está entretenida con otra cosa.
Algunos llegan a ciertos foros a divertirse, a confrontar la forma de ver el mundo que les enseñaron a no cuestionar por temor a convertirse en nadie, a que los rechacen sus camaradas y a que le desconfíen aquellos a quienes atacó. Claro, vienen programados para debatir con ideas pergeñadas por otros, para chicanear, para no dar el brazo a torcer a quienes piensan diferente, porque en su mundillo son pocos y no influyen, necesitan interactuar en otros sitios para sentir que a alguien le generan indignación, es su forma de sentirse vivos, y ante cada insulto, sienten que "ganaron el debate con argumentos sólidos". Y no es así, no quiere decir que ganaron, fueron lo suficientemente obstinados para no conceder nada y se hacen insultar no porque sus oponentes se quedaron sin argumentos, sino porque es natural indignarse ante gente terca, y que muchas veces recurre a excusas que ya se habían debatido para que el intercambio no acabe nunca.
Tienen la soberbia de creer que el objetivo del debate es hacerles cambiar de opinión a ellos (cosa que no está en sus planes) y no con el fin de debatir sinceramente una problemática específica con seriedad. En estos tiempos de virtualización forzada proliferan estos especímenes especializados en generar emociones rápidas en vez de respuestas elaboradas que no quieren entender y en muchos casos no son capaces de entenderlas. En general las tendencias políticas más retardatarias apelan a los dogmas, a los falsos líderes para sembrar de fanáticos sobreideologizados los sectores de la sociedad a los que se prevé perjudicar. Esto mantiene dividida a la clase trabajadora bajo falsas consignas cuando el verdadero problema es la clase dominante que la oprime. El mejor remedio contra el exceso de los infectados por la sobreideologización es ignorarlos, a menos que para esto también se cree una vacuna...
domingo, 17 de noviembre de 2019
Casa Tomada
Usurpadora del poder en Bolivia, Jeanine Añez recibe saludo de un aliado militar |
Algunas de estas remociones de líderes populares se encuadran bajo el mote de impeachment, un golpe blando disfrazado de juicio político contra el presidente, como fueron los casos de Fernando Lugo en Paraguay y de Dilma Rousseff, acusados de diversos casos de corrupción, traición a la patria y otros crímenes que nunca se llegaron a confirmar. Lo de Bolivia fue más burdo, similar al caso hondureño, una activa colaboración militar para destituir al presidente constitucional y reemplazarlo por un integrante civil del congreso para que no se asocie al "golpe de estado clásico" donde el gobierno lo tomaba un miembro de las fuerzas armadas.
Si se trata de un militar o un civil quien usurpa el poder, es un detalle menor, la forma en que el títere de turno asume en el caso boliviano es sin la renuncia del presidente aceptada por el parlamento y sin la sesión completa del mismo porque se impidió el ingreso de los legisladores del partido de Morales. La suspensión de garantías constitucionales, la brutal represión contra los manifestantes a favor de Morales contradicen el objetivo de los golpistas de querer corregir una situación de irrespeto a las instituciones que habría llevado a cabo el presidente Evo Morales. O sea, se corrige una violación a la constitución boliviana, violando la constitución boliviana...
La crisis boliviana sorprendió a muchos, no era un país donde se vislumbrara ninguna crisis social, hasta gurúes del mercado elogiaban las medidas económicas de Evo Morales. Lo ocurrido recuerda a lo sucedido en Libia en medio de la "Primavera Árabe" allá por 2010-11 donde caían los regímenes pro-occidentales de Túnez y Egipto, y la inteligencia de la OTAN aprovechó la movida para sacar a Muammar Gadafi estimulando la sedición interna libia. Se intentó lo mismo en Siria, pero esta vez el auxilio de Rusia fue crucial para que no le ocurra lo mismo a Bashar al-Assad. En Sudamérica comenzaron a estallar diversas crisis en países amigables con el mercado neoliberal y afines a Washington como Ecuador y Chile , los cuales aparecían como ejemplos de los propagandistas de libre mercado para determinar los que era correcto hacer en economía, en Chile las protestas ya llevan un mes y no ceden. A diferencia del caso boliviano (al cual los negacionistas del golpe intentan equiparar) las fuerzas de seguridad le siguen respondiendo al presidente Sebastián Piñera y no se observa un líder notorio de las protestas como "figura golpista" a diferencia de lo que uno observa en el caso de Fernando Camacho, el conspirador boliviano, o Juan Guaidó y Leopoldo López en Venezuela.
Golpistas Juan Guaidó (Venezuela, izq.) y Fernando Camacho (Bolivia, derecha) |
Las elecciones presidenciales en Argentina fueron otra alarma para Washington, el presidente Mauricio Macri, fiel seguidor de las directivas de la casa blanca, se transformó en el primer presidente sudamericano en perder su reelección, luego de una apabullante derrota en primarias y de mejorar un poco y terminar perdiendo en primera vuelta por un 8% frente al peronista Alberto Fernández. El golpe de estado en Bolivia puede ser visto como un aviso para Fernandez, quien asumirá el 10 de diciembre, para que no se aparte demasiado de la línea que siguió Macri, es decir, respetar los lineamientos del FMI, cortar los negocios de China y la injerencia rusa, y adherir a las políticas norteamericanas como por ejemplo la que concierne al hostigamiento contra el gobierno de Venezuela y continuar como miembro del Grupo de Lima (una especie de UNASUR de derechas).
El verdadero conflicto
Los enfrentamientos religiosos, ideológicos o raciales de Bolivia son árboles que tapan el bosque, como así también las objeciones institucionales que le puedan caber al presidente Evo Morales, este tipo de conflictos se remite a cómo repartir la riqueza, ni más ni menos, lo demás son distracciones para que no veamos lo evidente, que para la parte interesada en beneficiarse (la histórica oligarquía), es muy difícil de justificar.
Bolivia tiene grandes reservas de gas natural y de litio, un mineral usado para las baterías de celulares, computadoras, autos eléctricos y hasta para uso medicinal.
En setiembre se divulgó una noticia acerca de Quantum, un automóvil eléctrico hecho con baterías de litio 100% fabricado en Bolivia. Esto ocurrió en el contexto de una polémica surgida a raíz de que Morales derogó por decreto el acuerdo con una empresa alemana llamada ACISA para la explotación mixta de litio. Los alemanes pretendían llevar el litio crudo a Europa, mientras Morales pretendía que el mineral se procese en Potosí (lugar de donde se extrae) y exportarlo con valor agregado. Esto para la perspectiva de la división internacional del trabajo es intolerable. Algunos no descartan la mano negra de las automotrices que preferirían desarrollar ellas mismas sus prototipos de autos eléctricos y controlar su precio como un cartel. En su momento el ex presidente argentino Juan Domingo Perón también fomentó la producción del auto Justicialista totalmente nacional desde 1953, a Perón lo derrocaron en 1956...
Alerta hermanos
Los conflictos se pueden fomentar muy fácilmente desde las redes sociales alentando diversas formas de intolerancia como ha ocurrido en Bolivia, fundamentalismo religioso, uno de los sostenes de Bolsonaro en Brasil y argumento de los golpistas bolivianos como Camacho y Añez. También está el uso de la exacerbación republicana, se acusa a cierto sector político, que puede estar en el poder como pasa en Bolivia y Venezuela o en la oposición como pasa en el caso de Brasil, Argentina y de Ecuador, de violar las instituciones, de corrupción, de traición a la patria o de poner en riesgo a la república entre otras infamias plagadas de moralina estúpida y que cuentan con el lawfare, la utilización de la justicia para perseguir a líderes políticos de esos sectores acusados de delitos mayormente inventados o exagerados, haciendo la vista gorda a los mismos delitos comprobados cuando los cometen miembros del sector dominante.
Lo que pasó en Bolivia no es un hecho aislado, quien no vea que desde hace años existe una ofensiva de EEUU sobre los líderes de la región que cuestionen su dominio, no entiende la historia política de nuestros pueblos. Los movimientos populares que plagaron nuestro continente a principios de este siglo pudieron perdurar gracias a la preocupación de EEUU por el control de Oriente Medio y el "abandono del patio trasero". Durante la presidencia de Barack Obama, retornó el interés por el territorio latinoamericano ante la preocupación por los negocios que China ya estaba haciendo en la región. La reactivación de la cuarta flota y el golpe en Honduras debieron ser un alerta en su momento, quizá no se tomó con seriedad este cambio de política.
Parafraseando una vieja maldición china, se vienen tiempos interesantes, para prevenir un mal mayor, primero es bueno comprender el escenario planteado, quizá no sea demasiado tarde. Otro dato a considerar es que la mayoría de los líderes perseguidos siguen vivos: Morales, Lula, Correa, lo cual es una molestia para los poderes corporativos. Requerirá del esfuerzo de todos para usar esto a nuestro favor.
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viernes, 26 de julio de 2019
No es momento de bajar los brazos
Nos tomamos un tiempo para hablar de este personaje inspirador de nuestra página que es un emblema en la materia de revelar secretos del verdadero poder, de aquellas cosas que no quieren que sepamos mientras nos distraen con frivolidades.
Ya hemos hablado de Julian Assange, el periodista-hacker australiano nacionalizado ecuatoriano que a través de su página web https://wikileaks.org/ reveló secretos que apuntaron al corazón del sistema dominante sin comprometerse abiertamente con nadie. Muchas de sus noticias sirvieron para horadar la credibilidad de muchos políticos, en particular de los EEUU al revelar información que debía permanecer confidencial. Impactó durante la gestión Obama, el nivel de cinismo inhumano de los militares estadounidenses en los conflictos de Oriente Medio en las matanzas de civiles inocentes, como así también las infames intrigas de lobby y corrupción que le costaron la carrera presidencial a Hillary Clinton y las revelaciones de la militar trans Chelsea Manning y del informático Edward Snowden (hoy asilado en Rusia) sobre cuestiones sensibles de la política exterior de EEUU que involucraban espionaje a líderes mundiales como la canciller alemana Angela Merkel.
A Assange le hicieron lo que se suele hacer en estos casos exagerarle o inventarle causas que les permita perseguirlo y encarcelarlo sin exhibir los verdaderos motivos de dicha persecución. Se lo acusa de abusar sexualmente de varias mujeres, algunas de estas causas se desestimaron por falta de pruebas, otras se reactivaron. No es difícil para el poder al que Assange afectó conseguir los medios necesarios para comprar voluntades y que los juicios prosperen. Acusaciones similares sufrieron otros colaboradores de Assange que tras declararse arrepentidos y dejar de colaborar con Wikileaks fueron dejados en paz.
Assange se asiló en la embajada de Ecuador en Londres mientras Rafael Correa era presidente del país sudamericano. La embajada tuvo que resistir los intentos de la policía londinense que pretendía violar la soberanía ecuatoriana de la embajada (algo a lo que los británicos están acostumbrados) para capturarlo tras el pedido de extradición de la justicia sueca y el reclamo de EEUU.
Lamentablemente Correa no eligió un buen sucesor en Lenin Moreno, quien traicionó a su mentor al instante de asumir, abrazando las políticas neoliberales o persiguiendo judicialmente a través del lawfare a todos los ex integrantes del gobierno de Correa acusándolos de corrupción, artimaña también usada en Argentina, Perú y Brasil. El acercamiento del traidor Moreno a las políticas de EEUU y del grupo de países de la Alianza del Pacífico (todos de gobiernos de derecha) hacían pensar que los días de Assange libre de las garras del Tío Sam estaban contados.
Y así fue, en una decisión insólita Moreno permitió que la policía inglesa ingrese a la embajada a detener a Assange. Las razones fueron la mala conducta del asilado que habría hecho sacar de quicio a los miembros de la embajada que accedieron a dejar violar su soberanía para que se lleven a Assange con pretextos de niño malcriado.
Hoy muchos medios de comunicación que se nutrieron de noticias de Wikileaks le soltaron la mano a Assange, divulgan que se volvió loco, que fue un malcriado desagradecido con el país que lo asiló, puras patrañas para disimular que el abyecto Moreno cedió a las presiones
Saludo de Assange mientras era detenido en Londres |
A Assange le hicieron lo que se suele hacer en estos casos exagerarle o inventarle causas que les permita perseguirlo y encarcelarlo sin exhibir los verdaderos motivos de dicha persecución. Se lo acusa de abusar sexualmente de varias mujeres, algunas de estas causas se desestimaron por falta de pruebas, otras se reactivaron. No es difícil para el poder al que Assange afectó conseguir los medios necesarios para comprar voluntades y que los juicios prosperen. Acusaciones similares sufrieron otros colaboradores de Assange que tras declararse arrepentidos y dejar de colaborar con Wikileaks fueron dejados en paz.
Assange se asiló en la embajada de Ecuador en Londres mientras Rafael Correa era presidente del país sudamericano. La embajada tuvo que resistir los intentos de la policía londinense que pretendía violar la soberanía ecuatoriana de la embajada (algo a lo que los británicos están acostumbrados) para capturarlo tras el pedido de extradición de la justicia sueca y el reclamo de EEUU.
Lamentablemente Correa no eligió un buen sucesor en Lenin Moreno, quien traicionó a su mentor al instante de asumir, abrazando las políticas neoliberales o persiguiendo judicialmente a través del lawfare a todos los ex integrantes del gobierno de Correa acusándolos de corrupción, artimaña también usada en Argentina, Perú y Brasil. El acercamiento del traidor Moreno a las políticas de EEUU y del grupo de países de la Alianza del Pacífico (todos de gobiernos de derecha) hacían pensar que los días de Assange libre de las garras del Tío Sam estaban contados.
Y así fue, en una decisión insólita Moreno permitió que la policía inglesa ingrese a la embajada a detener a Assange. Las razones fueron la mala conducta del asilado que habría hecho sacar de quicio a los miembros de la embajada que accedieron a dejar violar su soberanía para que se lleven a Assange con pretextos de niño malcriado.
Hoy muchos medios de comunicación que se nutrieron de noticias de Wikileaks le soltaron la mano a Assange, divulgan que se volvió loco, que fue un malcriado desagradecido con el país que lo asiló, puras patrañas para disimular que el abyecto Moreno cedió a las presiones
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jueves, 21 de febrero de 2019
El peor infierno es el que parece un paraíso
Aldous Huxley fue un gran escritor británico que escribió la novela "Un mundo feliz". En esta novela publicada en 1932 relata las características de un mundo bastante parecido al actual donde gente integrada a un mundo programado y muy tecnificado se aislaba de la realidad viviendo dentro de un universo previsible e incuestionable. A diferencia de "1984", la novela de George Orwell, Huxley no plantea la existencia de una tiranía clásica que controlaba a su población a través del miedo y limitando la libertad de expresión, el mundo feliz de Huxley no necesitaba siquiera mostrarse hostil pues los habitantes no concebían la idea de rebelarse contra algo que les parecía inalterable, pues nunca supieron vivir de otra forma.
Si bien no está probado el papel de las drogas para controlar la sociedad, sí existen medios psicológicos para lograr que la sociedad se vuelva previsible, manipulable y ajena al análisis exhaustivo de la realidad. Las redes sociales son una fuente de distracción permanente, un lugar donde cualquiera se siente protagonista mostrando sus ideas, opiniones, ocurrencias y hasta su vida misma.
La irrupción de internet y de las redes sociales implican un impacto en la realidad de magnitud solo comparable a la de la imprenta (Gutemberg, siglo XIV), la radio (Marconi, 1901) o la televisión que aún hay que asimilar. A diferencia de los medios anteriores, unos pocos emisores de información (escritores, periodistas) enviaban sus noticias y opiniones a un actor pasivo y mayoritario de la sociedad. Hoy las redes sociales permiten que todos seamos emisores y receptores de información (no siempre relevante ni tampoco cierta).
En el primer documental que les presentamos se exponen algunos casos acerca del abuso de la información personal que se publica en Facebook, de como algunas personas se ven perjudicadas por la liviandad con que hacen pública en esta red ciertas publicaciones sin importad su antigüedad. En particular algunos políticos ven dañada su imagen no tanto por sus planes o por su ideología, sino por cuestiones menores, bromas, fotos ridículas que pueden afectar la moralina de los votantes, quienes inocentemente buscan políticos inmaculados, pero que seguramente no resistirían tampoco un análisis exhaustivo de su perfil.
El documental tiene algunos años, quizá Facebook ha quedado algo desplazado por otras redes sociales como Instagram que nuclea a sectores más jóvenes. Sin embargo el uso político de Facebook y Twitter hacen de estas redes un campo fértil para los trolls y las fake news apuntando a instalar un sentido común.
El negocio del abuso de la manipulación en redes sociales
La falta de libertad de expresión es un problema del pasado, los sectores dominantes comprendieron que es mucho mejor dejar que todo el mundo pueda expresarse, total las opiniones desfavorables al sistema imperante quedan disimuladas, mezcladas entre noticias sensacionalistas, frivolidades y mentiras. para colmo, muchas de las noticias opuestas a los intereses de las élites se terminan debatiendo en minúsculos grupos de convencidos, lo cual no hace mella en el imaginario dominante. Es muy fácil para los miembros del sistema jactarse de democráticos, de permitir la absoluta libertad de palabra cuando la inmensa mayoría de las publicaciones en internet son favorables a la clase dominante o distracciones porque tienen el 99,9% de los medios para hacerlo.
Sabedores de esto, surgieron empresas dedicadas a diseminar información a través de las redes sociales que perjudiquen a ciertos candidatos políticos, o a influir de determinada forma en elecciones, a favor de quien les pague, obviamente. Este servicio no solo incluye el trabajo de trolls para instalar difamaciones contra los candidatos a vencer, sino que se usan servicios de inteligencia para comprometerlos en situaciones reñidas con la moral. Empresas como Cambridge Analytica han sido contratadas por políticos de Argentina, EEUU, Kenia y Reino Unido para instalar noticias falsas que se vuelven virales y transforman la opinión de la sociedad.
El siguiente video (para el cual hay que habilitar los precarios subtítulos solo en inglés) nos muestra como trabaja Cambridge Analytica a la hora de transformar el humor social.
¿Muestran mejor las virtudes de los candidatos que les pagan? ¿Proponen un debate político para debatir ideas y posibles soluciones a los problemas? Para nada, en una actualidad donde no se debaten ideas, sino personas, buscan/inventan inmoralidades en los otros candidatos en lugar de mostrar las virtudes propias de sus clientes. Esto genera el efecto de que cierto sector de la ciudadanía no escoja una opción más favorable debido a que ésta es sustentada por alguien acusado de cohecho, o que le fue infiel a su pareja o que no reconoció un presunto hijo, e incluso lleve a estos ciudadanos a votar candidatos que los van a perjudicar en el poder por el simple hecho de evitar que aquellos inmorales difamados lleguen al poder.
Estamos en un momento histórico donde esta distorsión en el debate político está en auge y genera estragos. Si bien se asoman algunas posibles soluciones tendientes a recortar cierto tipo de publicaciones en las redes, aún estamos en medio del proceso y las consecuencias del mismo pueden tornarse aún más sombrías.
¿Cómo se pueden usar estos mecanismos tan propios de la élite dominante para instalar definitivamente el discurso de los pueblos? Como de costumbre, dejamos la idea planteada para pensar.
viernes, 15 de febrero de 2019
Con los buenos se va al cielo, ¿con los malos vamos a todos lados?
En estos días existe un debate abierto sobre las acciones que deberían tomar los partidos populares (en acciones, no de nombre, claro está) al momento de retornar al poder, lo cual sería el primer objetivo a cumplir en el corto o mediano plazo, esperamos.
Algo que se debe tener en cuenta son los errores del pasado para no repetirlos, vamos a centrar nuestro análisis en el caso latinoamericano donde el retroceso político viene siendo abrupto y brutal.
Las democracias populares latinoamericanas que surgieron desde finales del siglo XX cometieron el error de ser extremadamente republicanas con los sectores dominantes, intentaron asimilarlos con más o menos buenas artes, hacerles comprender la finalidad patriótica, una que estos sectores no aceptaron nunca, ni aceptarán.
En América Latina las clases dominantes se creen "La Patria" y eso les da derecho a someter a un sector de la sociedad sojuzgado y oprimido al que creen justo explotar, para ello esta élite minoritaria tiene el control de los órganos de justicia (que aún componen el poder menos democrático y más aristocrático de nuestras sociedades), de las fuerzas armadas, de la Iglesia, de los medios comunicación hegemónicos (ya sea por coptación o control directo) y de los medios de producción exportables y de demanda interna, controlan sus precios y el ingreso de divisas al país, todo esto además hace de esta clase poseedora de las mejores tierras, en proporción significativamente mayor a la que representa como parte de la población.
Hay que dejar de portarse tan bien
Los gobiernos populares que gobernaron hasta hace pocos años hegemonizando la región, no lograron alcanzar sus objetivos y cumplieron parcialmente con algunos: mejor distribución de la riqueza, reconocer derechos a minorías o potenciar el consumo interno, pero los cambios estructurales no se hicieron, ya sea por falta de osadía o debido a cierta inocencia.
Estos gobiernos quedaron arraigados a formas clásicas y directas de hacer política, no fueron hábiles en el manejo de los medios de telecomunicación donde la derecha ha sacado un campo de ventaja (redes sociales, empleo de trolls). Se optó por mostrar actos y planes de gobierno a través de cadenas nacionales o programas de radio/tv oficialistas que con el tiempo (y con la permanente difamación de prensa hegemónica a la que se dejó actuar libertinamente) fueron vistos como algo oprobioso para un sector de la población que le cuesta apagar la tv o la radio si no quiere hacerlo para no ver al "tirano" mostrar sus actos de gobierno.
La comunicación directa sirvió en un principio, después fue contraproducente y no se supo cambiar esa comunicación por algo mejor, ni controlar a los medios hegemónicos convertidos en partidos opositores que incurrieron en exageraciones y mentiras para instalar un odio en gran parte de la población hacia funcionarios del mismo gobierno que les dio cierto bienestar bajo acusaciones de corrupción y hasta de asesinatos hasta ahora incomprobables en todos los casos.
Esta difamación genera muchas dificultades a estos sectores políticos para nada minoritarios, a la hora de generar alianzas que los devuelvan al poder. La campaña de odio formó un imaginario social que impactó hasta en ciertos sectores ilustrados que asimilaron el mensaje transformándose en opositores y hasta apoyando opciones de derecha ajenas a su propia ideología. Hoy les cuesta volver y asumir el terrible error cometido, ya se sabe que el orgullo es una enfermedad en la política, a nadie le gusta asumir errores.
Por otra parte, los partidos que representen una alternativa popular deben aggiornarse en el manejo de las nuevas tecnologías, marcar agenda y llegar a los sectores más despolitizados, más neutrales, los que definirán las elecciones.
Una clave a tener en cuenta es apuntar al ciudadano despolitizado medio, el que dice ser neutral. El panorama actual permite estas aberraciones, la de individuos que no se interesan mayormente por la realidad de sus países y votan mirando su propio bolsillo y según sus simpatías, no es culpa de ellos, a este sistema le convienen ciudadanos así porque ya sabe como manipularlos, algo que los partidos progresistas hasta ahora no saben o no han querido hacer. Se sabe que ya se cuenta con un número interesante de adeptos que conforman un núcleo duro de convencidos, pero que no es suficiente para volver al poder; también existe otro sector de acérrimos opositores unidos más por espanto que por amor a los que ya no se puede convencer de nada, pero que tampoco son una abrumadora mayoría. Nos queda un tercer sector variable, es a éstos a los que se debe captar.
No siempre hay que explicar todo desde una perspectiva racional como si fuéramos iluminados, a veces es mejor explicar poco y apuntar a cuestiones emocionales, mostrarse sensibles aunque suene frívolo. Hoy obtiene más votos un neoliberal sonriente que un progresista de gesto adusto. Quizá convenga debatir cuestiones abstractas de la política eliminando nombres propios, hoy se discuten personas, no ideologías, y es allí donde el neoliberalismo se confunde entre las opciones potables.
Una vez en el poder, ¿qué?
El economista alemán Albert Hirschmann habló alguna vez de la pendularidad de los ciclos políticos, las sociedades alternan períodos de mayor conciencia social con otros individualistas. Claramente hemos ingresado en éste último. Los partidos que detenten el poder deben tener el tacto suficiente para apelar a esa sensibilidad y temor individualista para tomar el poder aunque pueda generar algún rechazo hacerlo, no importa, primero se vuelve al poder y luego se impone la agenda de los pueblos. ¿Una receta cínica? Por supuesto, y es en el cinismo donde la derecha nos marca la diferencia hoy.
De triunfar la estrategia anterior, una vez gobierno y con el apoyo popular, se debe aplicar una doctrina de shock al revés. Rápidamente hay que hacerse con el control de:
Algo que se debe tener en cuenta son los errores del pasado para no repetirlos, vamos a centrar nuestro análisis en el caso latinoamericano donde el retroceso político viene siendo abrupto y brutal.
Las democracias populares latinoamericanas que surgieron desde finales del siglo XX cometieron el error de ser extremadamente republicanas con los sectores dominantes, intentaron asimilarlos con más o menos buenas artes, hacerles comprender la finalidad patriótica, una que estos sectores no aceptaron nunca, ni aceptarán.
En América Latina las clases dominantes se creen "La Patria" y eso les da derecho a someter a un sector de la sociedad sojuzgado y oprimido al que creen justo explotar, para ello esta élite minoritaria tiene el control de los órganos de justicia (que aún componen el poder menos democrático y más aristocrático de nuestras sociedades), de las fuerzas armadas, de la Iglesia, de los medios comunicación hegemónicos (ya sea por coptación o control directo) y de los medios de producción exportables y de demanda interna, controlan sus precios y el ingreso de divisas al país, todo esto además hace de esta clase poseedora de las mejores tierras, en proporción significativamente mayor a la que representa como parte de la población.
Hay que dejar de portarse tan bien
Los gobiernos populares que gobernaron hasta hace pocos años hegemonizando la región, no lograron alcanzar sus objetivos y cumplieron parcialmente con algunos: mejor distribución de la riqueza, reconocer derechos a minorías o potenciar el consumo interno, pero los cambios estructurales no se hicieron, ya sea por falta de osadía o debido a cierta inocencia.
Estos gobiernos quedaron arraigados a formas clásicas y directas de hacer política, no fueron hábiles en el manejo de los medios de telecomunicación donde la derecha ha sacado un campo de ventaja (redes sociales, empleo de trolls). Se optó por mostrar actos y planes de gobierno a través de cadenas nacionales o programas de radio/tv oficialistas que con el tiempo (y con la permanente difamación de prensa hegemónica a la que se dejó actuar libertinamente) fueron vistos como algo oprobioso para un sector de la población que le cuesta apagar la tv o la radio si no quiere hacerlo para no ver al "tirano" mostrar sus actos de gobierno.
La comunicación directa sirvió en un principio, después fue contraproducente y no se supo cambiar esa comunicación por algo mejor, ni controlar a los medios hegemónicos convertidos en partidos opositores que incurrieron en exageraciones y mentiras para instalar un odio en gran parte de la población hacia funcionarios del mismo gobierno que les dio cierto bienestar bajo acusaciones de corrupción y hasta de asesinatos hasta ahora incomprobables en todos los casos.
Esta difamación genera muchas dificultades a estos sectores políticos para nada minoritarios, a la hora de generar alianzas que los devuelvan al poder. La campaña de odio formó un imaginario social que impactó hasta en ciertos sectores ilustrados que asimilaron el mensaje transformándose en opositores y hasta apoyando opciones de derecha ajenas a su propia ideología. Hoy les cuesta volver y asumir el terrible error cometido, ya se sabe que el orgullo es una enfermedad en la política, a nadie le gusta asumir errores.
Por otra parte, los partidos que representen una alternativa popular deben aggiornarse en el manejo de las nuevas tecnologías, marcar agenda y llegar a los sectores más despolitizados, más neutrales, los que definirán las elecciones.
Una clave a tener en cuenta es apuntar al ciudadano despolitizado medio, el que dice ser neutral. El panorama actual permite estas aberraciones, la de individuos que no se interesan mayormente por la realidad de sus países y votan mirando su propio bolsillo y según sus simpatías, no es culpa de ellos, a este sistema le convienen ciudadanos así porque ya sabe como manipularlos, algo que los partidos progresistas hasta ahora no saben o no han querido hacer. Se sabe que ya se cuenta con un número interesante de adeptos que conforman un núcleo duro de convencidos, pero que no es suficiente para volver al poder; también existe otro sector de acérrimos opositores unidos más por espanto que por amor a los que ya no se puede convencer de nada, pero que tampoco son una abrumadora mayoría. Nos queda un tercer sector variable, es a éstos a los que se debe captar.
No siempre hay que explicar todo desde una perspectiva racional como si fuéramos iluminados, a veces es mejor explicar poco y apuntar a cuestiones emocionales, mostrarse sensibles aunque suene frívolo. Hoy obtiene más votos un neoliberal sonriente que un progresista de gesto adusto. Quizá convenga debatir cuestiones abstractas de la política eliminando nombres propios, hoy se discuten personas, no ideologías, y es allí donde el neoliberalismo se confunde entre las opciones potables.
Una vez en el poder, ¿qué?
Presidente de China Xi (izq.) y de Rusia Putin (der.). |
De triunfar la estrategia anterior, una vez gobierno y con el apoyo popular, se debe aplicar una doctrina de shock al revés. Rápidamente hay que hacerse con el control de:
- La justicia, democratizando la elección de jueces y promoviéndolos por su currículum y no por su linaje o contactos políticos o empresariales.
- Las fuerzas armadas y de seguridad: En nuestros países ofician como brazo armado de la aristocracia, corresponde instalar altos mandos comprometidos con los derechos humanos, con una tendencia ideológica totalmente apartada del fascismo y afín a los intereses populares. Esto explica porqué no se concreta el golpe de estado en Venezuela.
- Control de las telecomunicaciones: Los medios de comunicación deben ser variados pero no hegemónicos, se deben incluir medios estatales con llegada a todo el país. No se pueden permitir oligopolios mediáticos que oficien como órganos desestabilizadores o que impongan agenda. Las redes sociales y ciertas web deben tener un acceso más restringido, no se puede permitir que las fake news alteren la opinión popular, ni se usen para difamar al país. ¿Muy autoritario? Es lo que hacen países como Rusia, China e Irán para limitar la propaganda occidental. Recordemos que la "revolución de los colores" en Rusia y la revuelta de la plaza Tiananmen en China fueron promovidas desde el exterior para desestabilizar a los gobiernos, y fueron éstos los que desactivaron esa operación haciéndose cargo de la agenda mediática y quitándola del ámbito empresarial privado.
- Los medios de distribución y producción: Nuestros países producen materias primas que son procesadas en el exterior y luego compramos manufacturas compuestas por nuestros productos exportados. Se deben promover empresas nacionales que procesen nuestros recursos y agregarles valor al exportar abriendo fuentes de trabajo. Para ello se necesita limitar importaciones y generar una política altamente proteccionista, como tienen EEUU y otras potencias europeas. En caso de ser necesario, el mismo estado debe ser exportador exclusivo de materias primas bajo la creación de juntas nacionales de granos/hidrocarburos/carnes para controlar el precio en el mercado interno al que hay que potenciar. Promover la mejor distribución de la tierra y ayudar a los pequeños productores y artesanos.
El peor error que se puede cometer, y que ya muchas fuerzas populares cometieron, es intentar reflexionar con la clase dominante, conocedora de que más temprano que tarde va a sufrir un recorte de privilegios, y es allí donde recurren a los medios de comunicación, desabastecen al país (son justamente productores y distribuidores), a los militares para generar un golpe de estado, y una vez en el poder actúa la "justicia" ya que los derrocados son acusados de corrupción.
El debate está abierto, hay que darlo. En todos estos años las soluciones clásicas nos llevaron al engaño de discutir en los términos que el mismo sistema nos impone, ¿por qué? porque la clase dominante ganó la batalla cultural y nunca se revirtió esta situación ni cuando los despojamos del poder político.
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