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viernes, 26 de julio de 2019

No es momento de bajar los brazos

Nos tomamos un tiempo para hablar de este personaje inspirador de nuestra página que es un emblema en la materia de revelar secretos del verdadero poder, de aquellas cosas que no quieren que sepamos mientras nos distraen con frivolidades.
Saludo de Assange mientras era detenido en Londres
Ya hemos hablado de Julian Assange, el periodista-hacker australiano nacionalizado ecuatoriano que a través de su página web https://wikileaks.org/ reveló secretos que apuntaron al corazón del sistema dominante sin comprometerse abiertamente con nadie. Muchas de sus noticias sirvieron para horadar la credibilidad de muchos políticos, en particular de los EEUU al revelar información que debía permanecer confidencial. Impactó durante la gestión Obama, el nivel de cinismo inhumano de los militares estadounidenses en los conflictos de Oriente Medio en las matanzas de civiles inocentes, como así también las infames intrigas de lobby y corrupción que le costaron la carrera presidencial a Hillary Clinton y las revelaciones de la militar trans Chelsea Manning y del informático Edward Snowden (hoy asilado en Rusia) sobre cuestiones sensibles de la política exterior de EEUU que involucraban espionaje a líderes mundiales como la canciller alemana Angela Merkel.
A Assange le hicieron lo que se suele hacer en estos casos exagerarle o inventarle causas que les permita perseguirlo y encarcelarlo sin exhibir los verdaderos motivos de dicha persecución. Se lo acusa de abusar sexualmente de varias mujeres, algunas de estas causas se desestimaron por falta de pruebas, otras se reactivaron. No es difícil para el poder al que Assange afectó conseguir los medios necesarios para comprar voluntades y que los juicios prosperen. Acusaciones similares sufrieron otros colaboradores de Assange que tras declararse arrepentidos y dejar de colaborar con Wikileaks fueron dejados en paz.
Assange se asiló en la embajada de Ecuador en Londres mientras Rafael Correa era presidente del país sudamericano. La embajada tuvo que resistir los intentos de la policía londinense que pretendía violar la soberanía ecuatoriana de la embajada (algo a lo que los británicos están acostumbrados) para capturarlo tras el pedido de extradición de la justicia sueca  y el reclamo de EEUU.
Lamentablemente Correa no eligió un buen sucesor en Lenin Moreno, quien traicionó a su mentor al instante de asumir, abrazando las políticas neoliberales o persiguiendo judicialmente a través del lawfare a todos los ex integrantes del gobierno de Correa acusándolos de corrupción, artimaña también usada en Argentina, Perú y Brasil. El acercamiento del traidor Moreno a las políticas de EEUU y del grupo de países de la Alianza del Pacífico (todos de gobiernos de derecha) hacían pensar que los días de Assange libre de las garras del Tío Sam estaban contados.
Y así fue, en una decisión insólita Moreno permitió que la policía inglesa ingrese a la embajada a detener a Assange. Las razones fueron la mala conducta del asilado que habría hecho sacar de quicio a los miembros de la embajada que accedieron a dejar violar su soberanía para que se lleven a  Assange con pretextos de niño malcriado.
Hoy muchos medios de comunicación que se nutrieron de noticias de Wikileaks le soltaron la mano a Assange, divulgan que se volvió loco, que fue un malcriado desagradecido con el país que lo asiló, puras patrañas para disimular que el abyecto Moreno cedió a las presiones

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