La verdad, aunque esté en minoría, sigue siendo la verdad...
La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general
jueves, 21 de febrero de 2019
El peor infierno es el que parece un paraíso
Aldous Huxley fue un gran escritor británico que escribió la novela "Un mundo feliz". En esta novela publicada en 1932 relata las características de un mundo bastante parecido al actual donde gente integrada a un mundo programado y muy tecnificado se aislaba de la realidad viviendo dentro de un universo previsible e incuestionable. A diferencia de "1984", la novela de George Orwell, Huxley no plantea la existencia de una tiranía clásica que controlaba a su población a través del miedo y limitando la libertad de expresión, el mundo feliz de Huxley no necesitaba siquiera mostrarse hostil pues los habitantes no concebían la idea de rebelarse contra algo que les parecía inalterable, pues nunca supieron vivir de otra forma.
Si bien no está probado el papel de las drogas para controlar la sociedad, sí existen medios psicológicos para lograr que la sociedad se vuelva previsible, manipulable y ajena al análisis exhaustivo de la realidad. Las redes sociales son una fuente de distracción permanente, un lugar donde cualquiera se siente protagonista mostrando sus ideas, opiniones, ocurrencias y hasta su vida misma.
La irrupción de internet y de las redes sociales implican un impacto en la realidad de magnitud solo comparable a la de la imprenta (Gutemberg, siglo XIV), la radio (Marconi, 1901) o la televisión que aún hay que asimilar. A diferencia de los medios anteriores, unos pocos emisores de información (escritores, periodistas) enviaban sus noticias y opiniones a un actor pasivo y mayoritario de la sociedad. Hoy las redes sociales permiten que todos seamos emisores y receptores de información (no siempre relevante ni tampoco cierta).
En el primer documental que les presentamos se exponen algunos casos acerca del abuso de la información personal que se publica en Facebook, de como algunas personas se ven perjudicadas por la liviandad con que hacen pública en esta red ciertas publicaciones sin importad su antigüedad. En particular algunos políticos ven dañada su imagen no tanto por sus planes o por su ideología, sino por cuestiones menores, bromas, fotos ridículas que pueden afectar la moralina de los votantes, quienes inocentemente buscan políticos inmaculados, pero que seguramente no resistirían tampoco un análisis exhaustivo de su perfil.
El documental tiene algunos años, quizá Facebook ha quedado algo desplazado por otras redes sociales como Instagram que nuclea a sectores más jóvenes. Sin embargo el uso político de Facebook y Twitter hacen de estas redes un campo fértil para los trolls y las fake news apuntando a instalar un sentido común.
El negocio del abuso de la manipulación en redes sociales
La falta de libertad de expresión es un problema del pasado, los sectores dominantes comprendieron que es mucho mejor dejar que todo el mundo pueda expresarse, total las opiniones desfavorables al sistema imperante quedan disimuladas, mezcladas entre noticias sensacionalistas, frivolidades y mentiras. para colmo, muchas de las noticias opuestas a los intereses de las élites se terminan debatiendo en minúsculos grupos de convencidos, lo cual no hace mella en el imaginario dominante. Es muy fácil para los miembros del sistema jactarse de democráticos, de permitir la absoluta libertad de palabra cuando la inmensa mayoría de las publicaciones en internet son favorables a la clase dominante o distracciones porque tienen el 99,9% de los medios para hacerlo.
Sabedores de esto, surgieron empresas dedicadas a diseminar información a través de las redes sociales que perjudiquen a ciertos candidatos políticos, o a influir de determinada forma en elecciones, a favor de quien les pague, obviamente. Este servicio no solo incluye el trabajo de trolls para instalar difamaciones contra los candidatos a vencer, sino que se usan servicios de inteligencia para comprometerlos en situaciones reñidas con la moral. Empresas como Cambridge Analytica han sido contratadas por políticos de Argentina, EEUU, Kenia y Reino Unido para instalar noticias falsas que se vuelven virales y transforman la opinión de la sociedad.
El siguiente video (para el cual hay que habilitar los precarios subtítulos solo en inglés) nos muestra como trabaja Cambridge Analytica a la hora de transformar el humor social.
¿Muestran mejor las virtudes de los candidatos que les pagan? ¿Proponen un debate político para debatir ideas y posibles soluciones a los problemas? Para nada, en una actualidad donde no se debaten ideas, sino personas, buscan/inventan inmoralidades en los otros candidatos en lugar de mostrar las virtudes propias de sus clientes. Esto genera el efecto de que cierto sector de la ciudadanía no escoja una opción más favorable debido a que ésta es sustentada por alguien acusado de cohecho, o que le fue infiel a su pareja o que no reconoció un presunto hijo, e incluso lleve a estos ciudadanos a votar candidatos que los van a perjudicar en el poder por el simple hecho de evitar que aquellos inmorales difamados lleguen al poder.
Estamos en un momento histórico donde esta distorsión en el debate político está en auge y genera estragos. Si bien se asoman algunas posibles soluciones tendientes a recortar cierto tipo de publicaciones en las redes, aún estamos en medio del proceso y las consecuencias del mismo pueden tornarse aún más sombrías.
¿Cómo se pueden usar estos mecanismos tan propios de la élite dominante para instalar definitivamente el discurso de los pueblos? Como de costumbre, dejamos la idea planteada para pensar.
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