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domingo, 10 de febrero de 2013

Deportivo Apocalipsis

Qué lástima que muchos se enteren de la existencia de los mayas por sus presagios del fin del mundo. Una cultura tan rica como la Maya tienen cosas muchísimo más valiosas para cautivarnos (los conocimientos astronómicos, técnicas de cultivo, arquitectura, arte) que un vago presagio que puede ser tomado de maneras diferentes. A través de la historia de la humanidad existieron muchos presagios del "Fin del Mundo": El francés Nostradamus fue uno de los tantos que anunciaba el Apocalipsis, 
 pero como el tipo se manifestaba en parábolas (es decir, una frase a la que hay que buscarle un segundo sentido diferente a lo que expresa) los presagios se siguen y se seguirán aplicando por los siglos de los siglos porque son de interpretación abierta, así cualquier acontecimiento importante se puede adjudicar a que fue anticipado por Nostradamus: La llegada de Napoleón, la Independencia de EEUU, la 1ª Guerra Mundial, Hitler, la Caida de la URSS o el "atentado" a las torres gemelas tienen alguna parábola de Nostradamus que las anticiparía. Otros amantes del Fin del Mundo son los "Milenaristas", esta gente anunciaba en Europa en el año 999 que en el año 1000 se pudría todo, también aparecieron para 1999 y ni siquiera se dio el Apocalipsis informático (¿Recuerdan el Y2K?) con el que algunos hicieron algo de plata. Como si la llegada de un año redondo, con muchos ceros, le diera al planeta la orden de destruirse. Después hubo otros apocalípticos que proponían fechas caprichosas para el acabóse: Testigos de Jehová y los Adventistas auguraron algunos años particulares donde con alguna ayuda de la casualidad ocurrió algún hecho importante pero no lo bastante como para acabar con el mundo (Los Testigos de Jehová anticiparon que el mundo se acababa en 1914, año del inicio de la Primera Guerra Mundial). También hubo émulos de Nostradamus a través de la historia que con el
El temor a los fenómenos astronómicos fue recurrente
chamuyo de alineaciones planetarias, llegadas de cometas (el Halley por ejemplo-ver imagen-, se creía en 1910 que nos iba a matar a todos con su "cola venenosa") o extrañísimos cálculos numerológicos auguraban el Fin de nuestra historia. Ante grandes mortandades también llegaba la idea del Apocalípsis, la "Peste Negra" (Bubónica) que asoló a Europa durante la Edad Media generó la idea del Apocalipsis, esto se ha ido repitiendo a través de los años provocando no pocos niveles de paranoia, recordar el SIDA (que para algunos era el castigo divino contra los homosexuales por su vida "descarriada", lo que le valió al VIH el apodo de "Peste Rosa"), también recuerdo la histeria generada por el ébola, el Antrax y la Gripe A o porcina. El cine industrial norteamericano ha hecho su valioso aporte, tanto que existe el género Catástrofe, y que coquetean con un Fin del Mundo repentino en el cual el grupo de lindos, famosos y millonarios protagonistas se salva para "reconstruir la civilización desde las cenizas". Los yanquis también dieron mucha manija con el tema de los extraterrestres, gracias a los Aliens la Tierra también puede desaparecer si nos guiamos por el cine. El problema es que nos empezaron a meter a los extraterrestres con retroactividad. Con el mismo nivel de análisis con que Homero Simpson explicaría la reproducción de los corales, grupos de expertos empezaron a encontrar presuntas alusiones a los ET en cuadros del barroco, jeroglíficos egipcios o artesanías precolombinas. Estas menciones, bastante agarradas de los pelos, tratan de justificar las grandes obras arquitectónicas del pasado que los europeos no podían concebir, como la perfecta construcción de las Pirámides, los dibujos de Nazca ("El Mono de Nazca", Perú en la 3ª imagen) o las colosales cabezas de la Isla de Pascua. Claro, los europeos cuando
El Mono de Nazca (Perú)
vinieron a invadir América, estaban tan preocupados en matar a sus habitantes originarios y en robarles sus riquezas que no se interesaron en intercambiar información de ciencia, arte y arquitectura con ellos a quienes llamaban "salvajes". Parafraseando al historiador Felipe Pigna, a nadie se le ocurriría pensar que las grandes obras antiguas llevadas a cabo por romanos y griegos (pueblos desarrollados según la historia eurocéntrica que aún se enseña en las escuelas) fueron hechas por extraterrestres, sí en el caso de Incas, Egipcios y Mayas "porque eran demasiado atrasados" para realizar semejantes monumentos. Lo que está claro es que con la matanza y dominio de estos pueblos se perdieron valiosísimos conocimientos para la humanidad, todo esto ayudado por la brutalidad de los conquistadores asesinos y ladrones. En cada teoría apocalíptica se refleja la innegable soberbia del ser humano. El mundo no se va acabar por que lo diga un arbitrario almanaque creado por nosotros, tampoco se asume el verdadero temor que es el Fin de la Humanidad y no del Mundo que bien podría seguir existiendo luego de la desaparición del hombre siendo un lugar prolífico para la vida aún. El grave problema de la humanidad es que está inmerso en un vastísimo Universo que no le dice nada. Por siglos el hombre ha tratado de encontrar una ligazón cósmica con un Universo que lo excede y que va a permanecer inmutable aunque la humanidad y el planeta Tierra desaparezcan, eso para diferentes civilizaciones ha sido (y sigue siendo) intolerable. Por esto muchos recurren a fantochadas como la Astrología para "explicar" cómo el enorme Universo se preocupa en influir sobre unos seres insignificantes de un pequeño planetita azul llamado Tierra. Aún en estos tiempos modernos sigo oyendo "Qué egocéntricos son los de Leo", "Qué mal carácter tienen las geminianas" o "Y qué querés?, Tenía que ser de Aries para ser tan jodido..." ignorando que las estrellas de dichas constelaciones están a una distancia inimaginable para influir seriamente sobre nuestra personalidad y futuro. La cruel demostración que tengo para probar que la Astrología es un verso de cuarta es decir que entre las víctimas de la bomba atómica sobre Hiroshima seguramente había gente de todos los signos, a muchos el horóscopo les habrá dicho que el lunes 6 de agosto de 1945 iba a ser un buen día... Por último sigo lamentando estas vergonzosas apelaciones serias al apocalípsis difamando a un prodigioso pueblo como el Maya, el hombre no tiene el poder para predecir el fin del mundo ni para provocarlo. La Madre Tierra es lo suficientemente poderosa como para sobrevivir a una especie que desvergonzadamente asume habérsela adueñado. No por nada los pueblos sabios, a la hora de venerar a su Dios principal no miraban al cielo, miraban la Tierra.
"El triunfo de la muerte" Obra que alude a la peste bubónica que asoló Europa en la Edad Media

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