A principios de los años 60, 14000 niños cubanos de entre 2 y 14 años fueron enviados solos a los EEUU por decisión de sus padres. Corrió un rumor acerca de la pérdida de la patria potestad que finalmente se descubrió que era mentira para infundir miedo en los padres cubanos, en especial los de clases acomodadas y los católicos.
Estos niños tardaron años en reencontrarse con sus padres, en ese tiempo fueron internados en campamentos, otros consiguieron familias sustitutas y no faltaron los abusos sexuales contra ellos por parte de quienes debían cuidarlos.
Este plan llevó el nombre de "Operación Peter Pan" y fue llevado a cabo por la Iglesia Católica y la CIA, el objetivo era desestabilizar la revolución cubana.
Algunos padres no se arrepienten de lo hecho, creen que sacaron a sus hijos del "infierno rojo", quizá ignoren que los metieron en un infierno peor, infierno al que nunca decidieron ir.
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