Cuando ya teníamos un día de los enamorados genuinamente argentino, el imperialismo consumista norteamericano nos impone el propio, si, el tan mentado "Día de los Enamorados" (o de San Valentín) tenía en nuestros pagos una versión original que lamentablemente cayó en el olvido: El 21 de setiembre.
Claro que esa fecha está muy "usada" porque el 21/9 es además Día del Fotógrafo, Día del Estudiante, Día de la Primavera, Día de los Artistas Plásticos y Día del Almacenero (???), así que había que buscarle a los tortolitos una fecha especial. Que también la hay pero por separado, el primer domingo de Abril es el "Día de la Novia" y el 24 de setiembre el "Día del Novio". Para cancelar este premonitorio divorcio producido por el almanaque, y para que chocolatineros, floristas y pelucheros se hagan unos manguitos, se instaura el 14 de febrero por insistencia yanqui gracias a todas sus películas romanticonas de domingo a la tarde y a casi todas las series y dibujos animados que aluden a la fecha.
Arrastramos festividades pasadas de viejos imperios. El Carnaval es quizá la más antigua porque se remonta a la antigua celebración en honor al dios romano del vino, Baco. Esta fiesta fue asimilada por los países católicos que la llevaron a las colonias con otras conmemoraciones religiosas: Semana Santa, Navidad, Inmaculada Concepción, Corpus Christi, Pentecostés y otros santorales. El Carnaval se celebra 40 días antes de la primera luna llena post equinoccio del 21 de marzo (fecha en que presuntamente fue crucificado Jesús) y sufrió la censura de gobiernos dictatoriales dispuestos a restar alegría a la población. Con el beneplácito de la Iglesia Católica, el Carnaval fue omitido en Argentina por la Dictadura militar desde 1976. Sin duda un pueblo que no celebra, sin alegrías es más fácil atemorizarlo y dominarlo, los días de Carnaval permitían un "recreo" ante el horror que era inadmisible para los genocidas que se decían católicos, encima tratándose de una festividad pagana no cabía otra que eliminarla del almanaque.
Ahora, en el siglo XXI y con EEUU como única potencia dominante, nos empiezan a llegar las festividades del imperio no bajo la cruz y la espada... (bueno, no así al menos por acá) sino a través de los medios de comunicación masivos que aprueban con simpatía todo lo que viene de los EEUU. Así, gracias a ver "cómo se festeja EN EL MUNDO" el 14 de febrero han logrado imponerlo como costumbre. De a poco se está tratando de hacer lo propio con Halloween (31 de octubre) con una dificultad extra, el concepto de brujería que tienen los yanquis es bastante diferente al nuestro como para que la "Noche de Brujas" calce con fuerza en nuestras pampas, sin embargo los medios masivos de comunicación (por ejemplo las FM), los shoppings, colegios ingleses, locales bailables y pubs han hecho foco en Halloween casi invitando a la gente común a que celebre esta especie de "tétrico carnaval de la B". Ni lerda ni perezosa, la clase acomodada argentina, vieja admiradora de las costumbres anglosajonas, ya adoptó el "dulce o truco" de Halloween que desde hace tiempo es celebrado en no pocos countries (nombre dado en Argentina al barrio cerrado habitado por gente adinerada).
Hacia finales del verano tendremos otra fiesta impuesta: el día de San Patricio, patrono de Irlanda. Por las calles de BsAs el 17 de marzo veremos hordas de falsos irlandeses cuyo único propósito es tomar cerveza (como si hiciera falta una fecha especial...).
La imposición de festividades por parte de los imperios a los pueblos (y mentes) que dominaron tiene larga data. Cuando el emperador romano Constantino legalizó a la perseguida Iglesia Cristiana dio lugar no sólo a cambiar la religión oficial del Imperio, sino que se empezara a forzar la cristianización de los paganos y a perseguir a quienes no querían abandonar a Júpiter y compañía por los preceptos del Cristianismo. A partir de allí los feriados paganos fueron "cubiertos" con celebraciones cristianas, por ejemplo el día en que se celebraba el nacimiento del Dios Sol en la pagana religión romana se adoptó como día de Navidad (25 de diciembre), fecha incierta del nacimiento de Jesús.
Vengo oyendo mucha gente que habla despectivamente de la cantidad de feriados que tiene la Argentina, gente que en muchos casos espera el próximo fin de semana largo para ir a emitir quejas anti "modelo vagancia" a algún lindo lugar de veraneo y que en muchos casos esperan con expectativa alguna de estas festividades consumistas (San Valentín, Navidad, Día de la Madre/del Padre/ del Niño) pero que no esperan a las 0:00 hs del 9 de julio o del 25 de mayo a colgar una bandera argentina en su casa, no... hace mucho frío. Para desmentir ese prejuicio vale decir que con feriados puentes y todo, no es en Argentina donde menos días de trabaja. A pesar de lo afirmado por el diario La Nación hace días, si tomamos como ejemplo un trabajador con 10 años de antigüedad, éste tendría más días de ocio en España, Reino Unido (ambos 36 días), Austria (38) y Venezuela (36) que en Argentina sumando vacaciones y feriados llega a 35 días.
No me cabe el consumismo y mucho menos las fechas inventadas persé. Hoy, un enjambre de comerciantes "del amor" ha aparecido con precios inflados para que los pretendientes no queden mal con sus amantes. Mismo verso con las pescaderías para el viernes Santo (si no hay que comer carne roja, no da igual comer pollo, pizza o verduras?) o las carnicerías en las fiestas (sin asado, no hay Navidad) como también las tiendas de ropa, celulares, zapatos y juguetes. Todos aumentan los precios a la espera del rebaño que adopta dócilmente las imposiciones del capital.
Con todo gusto celebraré San Valentín.... el año que en EEUU rindan culto a la Pachamama o se celebre el día de la Tradición... Sin reciprocidad no vale....
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