Irán 1953: El debut de la CIA organizando golpes de estado

Mohamed Mossadeq

A diferencia de muchos de sus vecinos, Irán no es un país árabe, tampoco sus fronteras fueron diagramadas con regla y lápiz por potencias europeas, éste grande y montañoso país de Asia Central es uno de los más antiguos del mundo y en el pasado se lo conocía como Persia. De allí proviene el nombre del idioma oficial de Irán: el persa (o farsi), que si bien se escribe en caracteres árabes, es una lengua indoeuropea como el castellano o el inglés.
Esta peculiaridad no privó a los persas de tener que soportar la influencia de potencias coloniales europeas. Aunque nunca fue una colonia propiamente dicho, Irán durante mucho tiempo estuvo sometido al arbitrio de Gran Bretaña, dueña y señora de las tierras desde Oriente Medio hasta la Indochina.
Hacia mediados del siglo XX fue hallado petróleo en Irán el cual comenzó a ser explotado por los británicos con una repartija de ganancias muy injusta: 84% para ellos, los extractores, y el resto para los dueños del crudo, los iraníes.
Esta situación cambiaría a partir de la asunción del primer ministro Mohamed Mossadeq en 1951 quien dispuso repartir en partes iguales de los dividendos petroleros. Esto fue visto como una afrenta por los británicos, reacios a que un político de un país inferior (según su perspectiva) les impusiera condiciones. Ni lerdos ni perezosos, los súbditos de Su Graciosa Majestad recurrieron a la incipiente ONU y al Tribunal Internacional de La Haya para que les dieran la razón. A ambos lugares asistió Mossadeq con sus argumentos y derrotó diplomáticamente a los británicos.
La única carta que les quedaba era recurrir a la ayuda estadounidense y emplear métodos violatorios de la voluntad popular de los iraníes, que eligieron a Mossadeq en elecciones democráticas. Hubo que esperar a que se fuera Harry Truman de la Casa Blanca (respetuoso de la investidura de Mossadeq) y asumiera Ike Eisenhower, que como buen republicano, perdió antes los escrúpulos que el cabello.

Reza Pahlevi

De esta forma, la joven agencia de inteligencia (CIA) haría su bautismo en las conspiraciones organizando el golpe de estado que derrocaría a Mossadeq con muchas técnicas que se repetirían luego en Guatemala, Indonesia, Chile, Argentina, Ucrania o Venezuela: generar caos y desabastecimiento en las calles, instaurar la idea de evitar que el comunismo se "apodere" del país, armar grupos fascistas violentos para agredir y atemorizar al pueblo, formar grupos contrarrevolucionarios de mercenarios armados hasta los dientes, organizar campañas de desprestigio en medios de comunicación contra el primer ministro y corromper a parlamentarios y militares.
El primer golpe de estado de la CIA tuvo finalmente éxito, derrocado Mossadeq, volvió al trono el Shah (Rey) Reza Pahlevi quien instauró un régimen represor de terror a través de la SAVAK, una especie de Gestapo iraní destinada a capturar opositores, torturarlos y asesinarlos.
A todo esto, el petróleo volvió a manos británicas y norteamericanas (y si, había que cederle algo a quienes se encargaron del trabajo sucio...).
El documental que hoy presentamos nos ayuda a comprender un modus operandi de la CIA que se volvería habitual en los años venideros, perfeccionándose hasta la actualidad. También nos aclara el contexto de hechos posteriores, como la Revolución Islámica que destituyó al tirano Pahlevi y le dió a Irán un protagonismo regional imposible en otros tiempos.
Recordamos a Mossadeq, un líder que se atrevió a enfrentar a los poderosos para defender los derechos y dignidad de su pueblo. Referente para muchos líderes que sufrieron exactamente las mismas agresiones de un mismo enemigo: la CIA.