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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Amazon se nutre de la crisis

Dueño de Amazon y The Washington Post
Jeffrey Preston Bezos (Fuente: Revista Forbes)
No es un río, es el monopolio del e-commerce
El tema que trata esta nota toma como mascarón de proa a la corporación del comercio por internet Amazon pero podríamos estar hablando de cualquier otra multinacional que se nos presenta como una joya del sistema donde es un privilegio trabajar para ella y es manejada por un exitoso empresario con cara de bueno y cuya imagen es elevada por los medios de comunicación.
El caso es que Amazon.com es una empresa de comercio electrónico fundada por Jeff Bezos (foto) en 1994. Esta empresa se hizo conocida por la venta principalmente de libros por internet y que con el tiempo se fue diversificando y creciendo. Después de un comienzo errático, con una internet en pañales a mediados de los 90, la figura de Bezos empezó a llamar la atención de la prensa del establishment por el crecimiento súbito de la compañía desde 2002, compra de otras empresas similares pero más pequeñas (se fagocitó algunos competidores),  beneficios netos anuales de más de U$s1.100 millones (según datos de 2010) y un volumen de ventas de U$s 62.000 millones en 2012, Amazon.com pasó a jugar en las ligas mayores del mercado internacional y ya muestra los típicos vicios de una multinacional para quien los trabajadores son mercancía descartable.
La empresa tiene almacenes en unos 20 países, pero se hizo particularmerte fuerte en EEUU (obvio, la tierra que la vio nacer), Reino Unido, Francia, Alemania y Japón aunque está creciendo en Sudamérica,  en China y proyecta extenderse a Europa oriental. No es de extrañar que una corporación que se transformó en supranacional empiece a radicarse en países de la mal llamada periferia (que con los hechos que están ocurriendo se puede relativizar bastante este término) porque como se supone, en muchos países subdesarrollados hay deficiencia de derechos laborales, a los trabajadores se los puede hacer trabajar más horas por menos dinero y derechos, y si la situación política se torna complicada para la empresa, muy fácil, se muda a otro país cual golondrina al terminar el verano.
De todas formas no siempre esto ocurre en Latinoamérica, África o sudeste asiático, la crisis europea hace posible situaciones como las que muestra el documental donde ciudadanos europeos que quizá gozaban de cierto bienestar hace 6 o 7 años deben migrar a otro país (en este caso Alemania, uno de los pocos que no sufre la crisis... por ahora) para trabajar en compañías como Amazon.com. Esta gente, exiliados económicos, se piensa que trabajar en un país serio como Alemania y en una gran empresa equivalen a alcanzar un paraíso imposible en sus países, pero no es así. Empresas como Amazon.com pisotean los derechos laborales hasta puntos insospechados, y es allí donde estos trabajadores enfrentan la cruel realidad.

Hablemos de los empleados
Amazon.com suele no contratar directamente a sus trabajadores sino a través de misteriosas empresas intermediarias. Esto le permite a la compañía violar las normativas sobre el pago de salarios, no paga lo convenido porque Amazon no contrata, sino esta empresa "puente" que paga menos (en el vídeo se habla de un 12% menos la hora).
Para colmo gran parte de los empleados (como ya dijimos muchos extranjeros que ni siquiera, en gran proporción, hablan el idioma) tienen un contrato temporal, la compañía los puede echar cuando se le antoje. Amazon requiere de muchos trabajadores para la época de Navidad, para eso incrementa su plantel en muchos almacenes hacia finales de cada año. No es para menos, este monopolio del comercio electrónico vendió hasta 300 artículos por segundo en EEUU durante la Navidad del 2012 (Fuente: Le Monde Diplomatique, Cono sur, noviembre 2013).
Situaciones como esa hacen que los trabajadores actúen a destajo. Se reportaron desmayos por extremo frío o calor en almacenes de Amazon que no cuentan con artefactos para mejorar la temperatura en sus ámbitos de trabajo, trabajan de más sin horas extras y cuentan con un transporte que los lleva a la empresa y en el que viajan hacinados porque el ómnibus ofrece pocos servicios, entonces hay personas que llegan mucho antes de que empiece su turno al trabajo porque si toman el ómnibus siguiente llegarían tarde (y eso se sanciona), ese tiempo de más en la empresa lo pierden, es ocioso.
La relación con los sindicatos es tirante, el sindicato alemán Ver.di ya hizo manifestaciones en varios almacenes de la compañía, sin embargo lleva las de perder. Amazon.com pacta con los jefes políticos de las localidades donde se instala (que hasta honran a la empresa poniéndole a alguna calle o avenida el nombre "Amazon") porque por lo general son ciudades con alto índice de desocupación. A los contratados locales los pone como planta permanente y completa el plantel de temporarios con extranjeros que son difíciles de sindicalizar y fáciles de explotar.
En la empresa hay frases de ánimo para los empleados y una propaganda a favor del dueño Bezos que es presentado casi como un gurú espiritual y que en sus visitas a los almacenes se derrite en frases cariñosas para con sus empleados, al menos con los más mansos y obedientes.
Según el periodista francés Jean Baptiste Mallet, Amazon aplica la astuta doctrina del "divide y reinarás" entre sus empleados. Se premia a quien acuse a un compañero por vagancia, hurto o hasta habladurías en contra de los patrones. Sumado esto a la inestabilidad laboral y al régimen de vigilancia permanente (en Alemania es llevado a cabo por militantes neonazis) esto genera una situación de miedo constante entre los operarios y una falta de cohesión interna de la que se nutren corporaciones carroñeras como Amazon.

Hablemos del jefe
The Washington Post: La nueva joya de Jeff Bezos
Jeffrey Preston Bezos es hijo de un exiliado cubano y una texana cuyos ancestros fueron terratenientes. Frustrado estudianto de física en Princeton, logró graduarse en computación. Luego trabajó en Wall Street, en varias companías de negocios y finanzas fue contratado por sus conocimientos de computación y en alguna de ellas consiguió un ascenso importante hasta cargos de jerarquía muy superior. Este éxito inicial en el mundo capitalista le permitió a Bezos iniciar su propia empresa en 1994 cadabra.com, que luego pasó a llamarse Amazon.com (como el nombre inglés del famoso río Amazonas).
Junto con el crecimiento de internet, creció la empresa de ventas on line, así como la fortuna de Bezos quien ya en 1999 era publicitado por la revista Time como "el empresario del año".
Con la primera década de este siglo, la imagen de Bezos fue creciendo gracias a los medios de comunicación quienes lo presentaban como el empresario afable que no se esconde y de buena imagen, casi la contracara del cruel señor Burns (el oscuro y malvado multimillonario de la serie Los Simpson).
En nuestro blog tenemos particular preocupación por el manejo de los medios de comunicación, si muchos medios importantes pueden elevar al rango de "personalidad del año" al dueño de una empresa que explota trabajadores o que evade impuestos y que esa sea la agenda que se impone así la chusma que consume dichos medios se crea que con este modelo es posible crecer "de la nada", tener éxito y seguir siendo un buen tipo. El modelo necesita de estos ejemplos y necesita de medios de comunicación que los publiciten para que los explotados mantengan el sueño de llegar a ser algún día como sus explotadores.
Dicha preocupación por el discurso mediático hace que muchos empresarios fuera del rubro compren medios de comunicación, es por ello que Jeffrey Bezos compró el diario más viejo de la ciudad de Washington: The Washington Post por la módica cifra de U$s 250 millones en efectivo (según se dijo, eso representa el 1% de la fortuna de Bezos)
No creas que los reclamos de Ver.di ni de ningún trabajador negreado de ninguna sucursal de Amazon.com exprese sus denuncias en ese periódico.

La necesidad tiene cara de hereje, y una empresa como la de Jeff Bezos se instala cual buitre que huele la muerte próxima en aquel lugar donde yacen los derechos laborales y los trabajadores están dispuestos a ceder hasta su dignidad.
Amazon.com lamentablemente no es una excepción, en este mundo parece ser la regla.




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