La verdad, aunque esté en minoría, sigue siendo la verdad...

La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general

sábado, 27 de julio de 2013

A nadie le preocupó Islandia

Se habla poco de Islandia, este país más pequeño en extensión que Cuba, pegado al Círculo Polar Ártico y con menos de 350 mil habitantes que fue colonizado por Dinamarca hasta mediados del siglo pasado y cuyo territorio es abundante en volcanes y glaciares.
Rara vez se menciona este país en los grandes medios de comunicación, como ocurre con el resto de los países nórdicos. Uno enseguida piensa que éstos son países tan "ordenados" con gobiernos tan honestos que nunca son noticia por nada. A diferencia de los países latinos que siempre son ejemplo de desorden, pereza y corrupción.
Este país candidato a ingresar a la Unión Europea, con una población escasa y con un muy buen nivel de vida, cualquiera se pensaría que debe ser muy fácil de gobernar, que los cambios de gobierno se deben a pequeñeces irrelevantes en países con problemas mayores, no obstante fue el primer estado europeo en entrar en crisis en 2008.
Geir Haarde
Ciudadanos con deudas impagables, gobierno acusado de corrupción (en este caso, el Primer Ministro Geir Haarde), ahorros perdidos, bancos riquísimos y puebladas componen el documental de Helgi Felixson Dios bendiga a Islandia (Guð blessi Ísland) donde tampoco faltan los planes de exilio de aquellos que vieron rotos todos sus sueños creados mientras la burbuja neoliberal existía.
Nadie se preocupó demasiado por este pequeño y frío país, es más, aún siguen sin observar su ejemplo algunos estados europeos apelando a falsas soluciones del mercado a crisis que éste mismo genera ahorcándose cada vez más a sus pueblos.
Atención de todas formas a los que estamos de éste lado del océano. Aprendamos a valorar los avances conseguidos y a conservarlos, nada hay seguro en un mundo donde el infame modelo neoliberal acecha siempre para restarnos derechos y cedérselos a los mismos oligarcas de siempre.
La ambición rapaz que genera el neoliberalismo no es exclusiva de los latinoamericanos, ni de los países de Europa meridional, por lo visto también hay vikingos vendepatria.