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La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general

martes, 31 de julio de 2018

La versión neoliberal del anarquismo

Isaiah Berlin
En este segundo capítulo del documental de Adam Curtis "La Trampa - El Robot Solitario", veremos como comenzó el ataque de los gobiernos neoliberales al aparato del estado.
Desde los años '70 a la actualidad, observamos que cada gobierno neoliberal entre sus primeras medidas aplica un fuerte achicamiento del estado en el contexto de la reducción de gastos. Desde los primeros experimentos en las dictaduras latinoamericanas a los gobiernos de Tatcher y Reagan durante los años '80, la prédica contra la burocracia estatal se ha vuelto común en este tipo de gobiernos que se ofrecen como garantes de la libertad individual como valor más relevante.
Es por esto que hacia los años '80 se llevó a cabo en Gran Bretaña un experimento en el cual se alentaba a los empleados públicos a alcanzar ciertas metas siguiendo sus propios intereses y no el bien común propio de la actividad que desarrollaban. En EEUU también ganó terreno la idea de dejar al mercado su autoregulación y de a poco los ciudadanos empezaron a creer que eran las corporaciones las que mejor representaban sus intereses y no tanto los políticos, que eran vistos como un estorbo, a menos que velaran por el propósito de esta "libertad" de mercado.

Este individualismo tuvo defensores que se apoyaban en teorías presuntamente científicas. Para estos el cooperativismo era perjudicial a la especie, y que en nuestros mismos genes está la esencia de sobrevivir. Esto nos lleva a tratar de perjudicar a quien consideramos un competidor natural y a privilegiar a aquellos que se parecen a nosotros. Se pudo comprobar que estas teorías estaban repletas de fallas.



En el tercer Capítulo "La Trampa - Te forzaremos a ser libre", Curtis menciona la interesante teoría de las dos libertades de Sir Isaiah Berlin. Este pensador ruso exiliado en Gran Bretaña sostenía que había una libertad positiva y otra negativa y en cierta forma estaban interconectadas.
La libertad positiva era la que emprendían los pueblos que querían despojarse de un poder tiránico y como ejemplo pueden citarse la Revolución Francesa, la Revolución Bolchevique (a la que Berlin criticó y de la que su familia escapó) o las guerras por liberación en África. Este tipo de libertad se consigue con una fuerte acción de las masas mediante el uso de la violencia, de ser necesario. Muchos intelectuales adhirieron a esta forma de liberación, como el caso del escritor francés Jean Paul Sartre

La libertad negativa es la libertad de cada individuo de hacer lo que quiera sin obstaculizar, se supone, la libertad de sus semejantes de hacer lo mismo. Una sociedad libre en el sentido negativo de Berlin carece de ideales comunes y el gobierno debe propiciar condiciones que permitan esta forma de libertad y promover leyes que la aseguren observando cualquier intervención extra del estado como un exceso, como un abuso contradictorio con la forma de democracia ligada a esta libertad, y que algunos nos quieren hacer creer que es la única.

Paradójicamente, en muchos países se impuso la libertad negativa a través de dictaduras (como el Plan Cóndor en Latinoamérica, por ejemplo) propiciando la libertad de mercado pero violando los derechos humanos. Justamente fue desde el último tercio del siglo XX que el concepto de democracia se conectó de manera inseparable al de libertad negativa (en palabras de Berlin, entiéndase, libre mercado) en gran parte por el aparato propagandístico de los EEUU, país que se adjudicó la tarea de expandir este tipo de libertad por aquellos países que se desviaban de este rumbo democrático, según la perspectiva de Washington.
Es por esto que abundan hasta estos días las intervenciones militares acusando la falta de libertad, como si esto fuera un riesgo para EEUU. Desde el ascenso de los neoconservadores al poder en EEUU, también se evidencia un crecimiento en la intervención de las grandes corporaciones en cuestiones políticas. A su vez, estas corporaciones han ido concentrado más y más poder en estos años, prestando funcionarios a varios gobiernos estadounidenses defensores del modelo de libre mercado (libertad negativa) y logrando las condiciones favorables para que muchas de ellas dominen su porción de mercado y hasta se transformaron en monopolio.




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