Presidente derrocado de Honduras Manuel Zelaya |
Este país es uno de los tantos fragmentos en que fue dividida América Central en su papel de zona de influencia de los EEUU, Washington pone y saca gobiernos, invade y reprime a los pueblos centroamericanos que parecen condenados a este dominio.
Se sabe que Honduras es uno de los países más pobres de América Latina, siempre fue gobernado por una élite poderosa que mantuvo a los pobres explotados y apartados de la vida política para resguardar, o acentuar, la ominosa desigualdad social de este país.
El "Golpe Blando" a Manuel Zelaya
En 2006 fue electo presidente Manuel "Mel" Zelaya, parecía ser uno más, un ricachón que otra vez iba a gobernar para unos pocos, pero algo fuera de lo común ocurrió, en su mandato Zelaya se dió cuenta de la injusticia reinante en su país e intentó cambiar las cosas, se acercó a los gobiernos progresistas latinoamericanos y a medida que estas actitudes se vislumbraban, la oligarquía hondureña acentuaba su odio contra el presidente "traidor de su clase".
Hacia finales de la primera década de éste siglo se vieron manifestaciones opositoras como ya hemos visto en otros puntos de nuestra región, con la diferencia que éstas dieron frutos, Mel Zelaya fue derrocado en junio de 2009, a 6 meses de finalizar su período presidencial, ¿con qué necesidad?.
Sin embargo necesidad había, como en otros tantos países, la constitución hondureña está hecha a la medida de la clase dominante con el detalle que no permite la reelección, esto Zelaya pretendía cambiarlo y según las encuestas ganaría sin problemas las elecciones que se avecinaban. Los oligarcas no podían tolerarlo otro período más.
Laboratorio Honduras
En el tiempo en que Zelaya tenía gestos para con Hugo Chávez y otros gobiernos progresistas, la oligarquía procuraba dañar su imagen así como la de sus funcionarios con múltiples denuncias de corrupción y hasta de traición a la patria, ésta fue la excusa para derrocarlo en un marco de "legalidad", la Corte Suprema decidió sin juicio alguno la destitución del Presidente que fue sacado de madrugada, en calzoncillos y llevado a Costa Rica (país con el que Honduras no comparte fronteras) el 28 de junio de 2009. Justo cuando se avecinaba una consulta popular para reformar la constitución, algo a lo que los altos mandos del ejército le temían.
Se dice que en la detención de Zelaya hubo toda clase de abusos físicos, el derrocado presidente tuvo que volver a su país para pedir asilo en la embajada brasileña que por poco no fue violentada por militares hondureños.
Lo ocurrido en Honduras, que luego se repitió en Paraguay, es una nueva forma de destituir presidentes incómodos para la clase dominante y potencias extranjeras. Este neogolpismo no tiene el sesgo militar tan evidente en el pasado, aunque si la colaboración de las fuerzas armadas en segundo plano, propone un gobierno de "transición" liderado en apariencia por un civil (en el caso de Honduras se trató de Roberto Micheletti) para convocar a los pocos meses a elecciones controladas, donde los candidatos sean del gusto de las élites y cuenten con la simpatía de Washington.
Así, recurriendo a organismos dizque democráticos pero controlados por la oligarquía (Corte de justicia, Parlamento, medios de comunicación) se encuadra al derrocamiento en el marco de una destitución. Vaya paradoja, ninguna de las denuncias por lo que se acusaba a Zelaya prosperó... eso sí, el gobierno no lo recuperó más.
Hoy Honduras está gobernada por un mandatario de derecha, Porfirio Lobo, rival de Zelaya en 2006. Lamentablemente la resistencia zelayista fue corrompida en un país donde escasean dirigentes políticos populares. El corto tiempo de Zelaya en el poder impidió formar cuadros provenientes del pueblo, de las clases postergadas.
En este documental de Jon Sistiaga recordamos el golpe de estado contra Manuel Zelaya donde no faltó la represión policial, toques de queda y clausura de medios de comunicación por parte de los que dijeron devolverle a Honduras la democracia....
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