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sábado, 5 de abril de 2014

La historia de los próceres nazis

Wernher von Braun

Durante la Segunda Guerra Mundial (SGM) el régimen nazi llevó a cabo múltiples experimentos donde usaba a prisioneros de campos de concentración como esclavos y/o como conejillos de India.
Muchos científicos alemanes lideraron pruebas sobre seres humanos que generalmente terminaban con la muerte de aquellos sobre los que se efectuaba la experimentación no ausente de dolorosa agonía.
Las fuerzas aliadas quedaron sorprendidas por la ingeniería bélica alemana y también por los descubrimientos que hicieron los alemanes estudiando las reacciones del cuerpo humano en condiciones extremas.
Ante la rendición alemana, órganos de poder estadounidenses consideraron necesario traer a varios científicos alemanes para que trabajen en EEUU. ¿La excusa?, la de siempre, era evitar que fueran "contratados" por los rusos y que éstos se hicieran con sus descubrimientos.
Para conseguir que estos científicos del nazismo fueran a trabajar a EEUU hubo que atravesar varios escollos, el más importante era evitar que los alcanzara la justicia.
Por ello, se alteraron los informes de los mismos militares norteamericanos que analizaron los perfiles de los colaboradores del régimen hitleriano, entre ellos los científicos pretendidos por EEUU. Muchos de éstos que en un principio fueron catalogados como adherentes al nazismo, tuvieron estos informes oficiales alterados o incluso destruidos ante el riesgo que no pudieran entrar a EEUU por haberse probado que eran nazis (el entonces Presidente Harry Truman decretó que nadie con probada militancia nazi podía ingresar a EEUU).


Campo de concentración de Dachau
Si bien muchos científicos colaboracionistas fueron enjuiciados en Nuremberg, recibieron sentencias absolutorias dado que argumentaron su imposibilidad de desobedecer órdenes, a otros no se les pudo (¿o no se quiso?) probar nada. Sin embargo sus subalternos (que no fueran de interés para EEUU) fueron encarcelados y hasta condenados a la pena capital. Para éstos no hubo ninguna obediencia debida que valiera.
Uno de los casos más célebres fue el de Wernher Von Braun que hizo gran carrera en EEUU, tanto que sus estudios durante el Tercer Reich lo llevaron a formar parte de importantes proyectos en navegación espacial. Tan agradecidos quedaron los norteamericanos con él que hasta tiene un gran monumento a quien consideran uno de los padres de la "exitosa carrera espacial" (carrera que tiene varios puntos oscuros).
Otro que se ganó un lugar de privilegio fue el investigador médico Hubertus Strughold, quien hasta tiene un centro médico a su nombre. Distinta suerte corrió el ingeniero Arthur Rudolph (célebre por haber desarrollado el cohete Saturno, basado en su similar alemán V-2, también construido por Rudolph durante el Tercer Reich) que se volvió a Alemania luego que en los 80 surgieran investigaciones en EEUU que lo vinculaban con la muerte de prisioneros del nazismo. Toda esta gente recibía a prisioneros del campo de concentración de Dachau a quienes hacían trabajar en regímenes de esclavitud (que muchas veces terminaban con la muerte por exceso de trabajo) o eran sometidos a crueles pruebas de laboratorio.
EEUU permitió la entrada de más de 600 científicos que trabajaron para Hitler. Algunos afirman que el desarrollo aeroespacial, militar y científico de los EEUU no se hubiera logrado, de no ser por el aporte que hicieron estos investigadores alemanes que no respondieron a la justicia en la misma forma que los "jerarcas nazis".
Recordemos con qué facilidad el cine de EEUU acusó a Sudamérica de ser una "madriguera de nazis" (ver nota al respecto).
¿Acaso el afán por el progreso tecnológico vale más que los crímenes de lesa humanidad?



La conspiracion del clip - Operacion Paperclip from Asamblea de Majaras on Vimeo.