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martes, 7 de febrero de 2017

Detrás de las líneas enemigas

Durante la Guerra Fría los países de Europa occidental formaron milicias secretas para defenderse de una eventual invasión soviética.
La OTAN avalaba el proyecto que se conoció como Stay Behind, que hace referencia a ubicarse detrás de las líneas enemigas, táctica que fue exitosa en la Segunda Guerra mundial contra los nazis.
Esta formación implicaba entrenamiento militar y diversas tácticas de espionaje, los miembros de estas redes usaban nombres de guerra y rara vez contactaban a varios miembros de la agrupación al mismo tiempo. Suiza, si bien no integra la OTAN, formó su propio grupo por temor a una invasión soviética que tenía comunicación con la Stay Behind.
La tan temida invasión jamás ocurrió, y la pasividad de estos hombres formados para la acción no duraría mucho tiempo. En EEUU sobran casos de ex militares o integrantes de los servicios secretos que un mal día se les "suelta la cadena" y arremeten a los tiros en centros comerciales, escuelas, o en la misma calle. Un hombre entrenado contra un enemigo específico puede estallar cuando la guerra para la que se lo preparó no llega nunca, esto le ocurrió a varios miembros de Stay Behind  que tramaron varios atentados terroristas contra los mismos ciudadanos a quienes querían cuidar del comunismo.
Estos atentados fueron muchas veces tolerados por los países de la OTAN quienes justificaban el accionar de estos terroristas como si estos actos fueran una válvula de escape para estos sujetos que tenían demasiada violencia contenida.
Si bien nunca fue oficial, existen pruebas de la colaboración de sectores de la ultraderecha en varias células de Stay Behind. Pasado el peligro de la invasión soviética, muchos países europeos comenzaron a preocuparse del crecimiento de los partidos de izquierda locales, por fuera del sistema tradicional (por lo general bipartidario) de estos países que repercutía en protestas sociales, cuestionamiento a las políticas del momento y hasta al papel de las monarquías, donde las había.
Para ello, algunos países formaron sus propios Stay Behind paralelos donde se permitían la intervención de integrantes fascistas (supuestamente prohibidos en la versión de la OTAN) que actuaban de infiltrados, rompehuelgas y quién sabe que más.
Una de las versiones más represivas del Stay Behind paralelo, fue el Gladio Negro del gobierno italiano conformado en gran parte por neonazis.
Italia fue el primer país en revelar la existencia del Stay Behind propio llamado Gladio, esto le valió a Italia ciertos roces con otros países de la OTAN que pretendían mantener a este grupo en el secreto. Esta divulgación dio lugar a la sospecha de que la autoría de varios atentados adjudicados a subversivos comunistas, eran perpetrados por miembros de Stay Behind como una operación de Falsa Bandera (actos luctuosos que se cometen para adjudicárselos a otro y justificar algún tipo de represalia).
¿Sigue en actividad este grupo? Las tensiones entre la OTAN y Rusia dieran a entender que sí, bajo el mismo secreto y quizá con nuevo nombre.






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