Si una institución somete al fracaso económico a decenas de países y sigue poniendo a su gente en puestos de poder de esos países por el solo prestigio que esta institución les confiere a estos personajes, estamos en condiciones de decir que controla el mundo o gran parte de él.
Goldman Sachs es un enorme banco estadounidense que se benefició de las recientes crisis económicas, pareciera que las promueve para quedar fortalecido de ellas.
Muchos países tienen funcionarios que pertenecen a Goldman Sachs y lo muestran como una virtud, no es de extrañar que las recetas neoliberales que se aplican en esos países fracasen, y estos funcionarios del mundo de las finanzas, cultores de la ideología de Milton Friedman, retornen al mundo privado cuando no a la misma Goldman Sachs luego de haber dejado deudas impagables que pueblos enteros deben afrontar.
Estos son los que dominan el mundo, los personajes menores de cada país que generan controversia, aparecen por televisión haciéndose la buena gente, los acusados de corruptos o de tiranos, son la cortina de humo necesaria para confundir y dividir a los pueblos, los responsables de nuestro sufrimiento son instituciones como esta de las que conocemos muy poco.
La verdad, aunque esté en minoría, sigue siendo la verdad...
La burguesía disfraza su propio interés particular, para que de tal forma, ese interés particular forme parte del interes general
lunes, 26 de junio de 2017
Goldman Sachs: El gobierno en las sombras
El arte de la Manipulación
En los medios de comunicación abundan expertos de toda índole: economistas, nutricionistas, filósofos, analistas políticos, encuestadores, expertos en temas de seguridad, especialistas en autoayuda, en belleza, sexólogos, videntes, cocineros y demás eruditos sin título, o en caso de tenerlo, no hacerle mucho honor.
Se sabe que la imagen muchas veces es más importante que el contenido, alguien que diga algo con un gesto de convicción y firmeza va a ser más creíble que aquel que titubee o que manifieste dudas, aunque sea este último quien tenga la razón.
Existen cursos sobre lenguaje personal y oratoria para convencer a un auditorio, clientes o televidentes, el experto debe verse seguro de su opinión o de los servicios que ofrece. Debe usar un lenguaje que no sea el del común, que aparente un conocimiento más profundo del tema del que se ocupa y que lo reposicione en un plano superior al de sus oyentes.
Se sabe que estos expertos muchas veces se equivocan, pero adoptan un discurso ante estos fallidos atribuyéndole el error a la realidad. Esto suele darse mucho en el caso de los economistas quienes pretenden que las finanzas se adapten a su punto de vista (generalmente sesgado por la ideología) considerando como un error todo aquello que se aparte de su óptica.
Los medios de comunicación que ocupan horas emitiendo la opinión de muchos de estos charlatanes no reprochan estos equívocos, sino que los siguen invitando ya con el mote de "prestigioso/reconocido analista" quizá con el afán de sembrar determinado sentido común que al medio le interesa y no porque se analice la realidad con datos fidedignos.
Se ha comprobado con experimentos sencillos que se puede engañar a catadores de vinos y a críticos de arte poniendo en duda su expertiz, lo mismo se puede lograr con tantos analistas de la realidad en temas políticos, financieros o de salud, temas que son bastante más delicados para la sociedad que los taninos de un Merlot o los contrastes en una obra de Van Gogh
Se sabe que la imagen muchas veces es más importante que el contenido, alguien que diga algo con un gesto de convicción y firmeza va a ser más creíble que aquel que titubee o que manifieste dudas, aunque sea este último quien tenga la razón.
Existen cursos sobre lenguaje personal y oratoria para convencer a un auditorio, clientes o televidentes, el experto debe verse seguro de su opinión o de los servicios que ofrece. Debe usar un lenguaje que no sea el del común, que aparente un conocimiento más profundo del tema del que se ocupa y que lo reposicione en un plano superior al de sus oyentes.
Se sabe que estos expertos muchas veces se equivocan, pero adoptan un discurso ante estos fallidos atribuyéndole el error a la realidad. Esto suele darse mucho en el caso de los economistas quienes pretenden que las finanzas se adapten a su punto de vista (generalmente sesgado por la ideología) considerando como un error todo aquello que se aparte de su óptica.
Los medios de comunicación que ocupan horas emitiendo la opinión de muchos de estos charlatanes no reprochan estos equívocos, sino que los siguen invitando ya con el mote de "prestigioso/reconocido analista" quizá con el afán de sembrar determinado sentido común que al medio le interesa y no porque se analice la realidad con datos fidedignos.
Se ha comprobado con experimentos sencillos que se puede engañar a catadores de vinos y a críticos de arte poniendo en duda su expertiz, lo mismo se puede lograr con tantos analistas de la realidad en temas políticos, financieros o de salud, temas que son bastante más delicados para la sociedad que los taninos de un Merlot o los contrastes en una obra de Van Gogh
Etiquetas:
Economía,
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